7 millones de muertes al año: la alarma silenciosa de la contaminación del aire

De acuerdo con UNICEF, cada año, la contaminación del aire cobra la vida de 600,000 niños menores de 5 años, esta crisis invisible no solo afecta a los humanos, sino que también envenena a millones de animales y plantas, alterando ecosistemas enteros.

Cielo Azul y sustentabilidad
Mejorar la calidad del aire no es solo una cuestión de salud, sino también un pilar para el desarrollo sostenible y la prosperidad económica.

El 7 de septiembre de cada año, el mundo se une para conmemorar el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul. Esta fecha, establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019, no es solo un recordatorio simbólico, sino una llamada urgente a la acción global para abordar la crisis de la contaminación del aire.

Este día busca crear conciencia sobre la importancia de respirar aire puro y subraya la necesidad de un esfuerzo colectivo para mejorar la calidad del aire que compartimos, un recurso vital y un derecho fundamental de todos los seres humanos. Es una amenaza global que exige una acción urgente para proteger la salud de todos los seres vivos y del planeta.

La contaminación del aire es un problema silencioso pero letal, que afecta a la salud de miles de millones de personas en todo el planeta. La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha calificado la contaminación del aire como la principal amenaza medioambiental para la salud pública.

Los datos son alarmantes: se estima que la exposición a la contaminación del aire causa alrededor de 7 millones de muertes prematuras cada año en todo el mundo. Esta cifra escalofriante supera las muertes combinadas por el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria, demostrando la magnitud de esta crisis global.

Partículas finas, conocidas como PM2.5, son uno de los contaminantes más peligrosos. Con un diámetro de menos de 2.5 micrómetros, estas partículas pueden penetrar profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo, causando una variedad de problemas de salud.

Efectos en nuestra salud
Las diminutas e invisibles partículas de contaminación, son responsables de un tercio de las muertes por accidente cerebrovascular, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer de pulmón, así como de una cuarta parte de las muertes por infarto. Fuente e infografía de la ONU.

La exposición prolongada a estas partículas se ha relacionado con enfermedades respiratorias crónicas, como el asma y la bronquitis, así como con enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares e incluso cáncer de pulmón. Los niños, los ancianos, mujeres embarazadas, y las personas con afecciones preexistentes son particularmente vulnerables a sus efectos devastadores.

La contaminación del aire tiene un impacto nocivo en la calidad de vida

Reducción de la visibilidad, olores desagradables, daños a la vegetación y destrucción de los ecosistemas, son solo algunas de las consecuencias visibles. Las economías también sufren, ya que los costos de atención médica aumentan y la productividad disminuye debido a las enfermedades y la pérdida de días de trabajo.

Ataques militares y guerras actuales, culpables directos del aumento en la cifra de muertes por contaminación mundial

¡No hemos aprendido nada! Aunque existen antecedentes históricos de lo perjudiciales que son las guerras y el uso de armas para la humanidad, en la actualidad para algunos presidentes y ministros no tiene importancia, e instruyen el bombardeo de algunas regiones, liberando contaminantes peligrosos a la atmósfera, sin importarles que perjudican el resto del mundo.

Esta es una fotografía reciente de la ciudad el Cairo, Egipto, país vecino de Palestina; en esta, se muestra como la dispersión de contaminantes hechos por los bombardeos israelitas esta dejando una cortina de smog sobre la ciudad. Un claro ejemplo, de que no solo muere gente del conflicto, sino también esta en riesgo la población de países vecinos, que se ven gravemente afectados.

Factores y acciones que agravan de manera dramática la crisis de la contaminación del aire, son los nocivos conflictos bélicos. Las guerras, además de su brutal mancha de destrucción de vidas humanas, liberan una cantidad masiva de contaminantes a la atmósfera.

Los bombardeos, los incendios de infraestructura y los vehículos militares emiten gases tóxicos y partículas que no solo envenenan el aire en las zonas de conflicto, sino que también se dispersan por vastas regiones, además de que, son arrastrados por las corrientes de viento a otros paises y lugares. Mientras que, la quema de edificios y la destrucción de industrias liberan dioxinas, furanos y otros compuestos carcinógenos.

La relación entre guerra y contaminación es un círculo vicioso. La infraestructura dañada, como las plantas de tratamiento de agua y las redes eléctricas, obliga a las poblaciones a recurrir a métodos de subsistencia más contaminantes, como la quema de leña o residuos para calefacción y cocina.

El desplazamiento masivo de personas a campamentos de refugiados a menudo resulta en condiciones de vida insalubres, con una alta exposición a la contaminación del aire interior. De esta manera, las guerras no solo matan directamente, sino que también dejan un rastro de muerte y enfermedad a largo plazo a través de la degradación ambiental.

La huella de la industria automotriz es innegable en este panorama

Los vehículos de combustión interna son una de las principales fuentes de contaminación del aire en las ciudades. Los gases de escape liberan óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO), hidrocarburos y partículas en suspensión.

Smog y contaminación del aire
Los atascos de tráfico no solo son una molestia, sino también un punto de concentración de contaminantes, donde los motores funcionan de manera ineficiente.

Aunque los avances tecnológicos han mejorado la eficiencia de los motores y reducido algunas emisiones, el crecimiento exponencial del parque automotor en todo el mundo compensa, y a menudo anula, estos progresos.

La dependencia del transporte individual, impulsada por la cultura del automóvil, perpetúa la mala calidad del aire en los centros urbanos.

La solución a este problema reside en la promoción de alternativas más limpias, como el transporte público eléctrico, las bicicletas y la movilidad a pie, así como en la inversión en infraestructuras de transporte sostenible que prioricen a las personas sobre los vehículos.

Compras en línea un disparador de contaminantes

Paralelamente, el auge del comercio electrónico y el pedido en línea ha introducido un nuevo reto. La logística de la "última milla", que consiste en la entrega de productos desde un centro de distribución hasta la puerta del consumidor, ha disparado el número de vehículos de reparto.

Furgonetas, camiones y motocicletas circulan constantemente por las ciudades, contribuyendo significativamente a la contaminación del aire. Este modelo, si bien ofrece comodidad, tiene un costo ambiental que a menudo se pasa por alto.

Aunque algunas empresas de reparto están explorando flotas eléctricas, la mayoría aún depende de vehículos de combustión. La densidad de las entregas y la falta de consolidación de rutas aumentan las emisiones por paquete.

Para mitigar este impacto, es crucial que la industria adopte soluciones más sostenibles, como el uso de bicicletas de carga para distancias cortas, la creación de puntos de recogida y la optimización de las rutas de entrega para reducir los kilómetros recorridos.

El Día Internacional del Aire Limpio 2025 tiene como lema oficial de la ONU y el PNUMA: "Carrera por el Aire”

El lema "Carrera por el Aire”, enfatiza que no hay tiempo que perder para revertir las graves amenazas que representan la contaminación del aire, que afecta a miles de millones de personas en el mundo. Desde las decisiones de los gobiernos hasta las elecciones individuales, cada acción cuenta

La adopción de políticas públicas que regulen las emisiones industriales y vehiculares es fundamental, al igual que la inversión en energías renovables y la promoción de la eficiencia energética.

Las organizaciones internacionales, como la ONU y la OMS, juegan un papel vital al proporcionar directrices y fomentar la cooperación global. Infografía de la ONU.

A nivel individual, podemos contribuir de muchas maneras. Elegir el transporte público, caminar o andar en bicicleta en lugar de usar el coche, reducir el consumo de productos no esenciales y apoyar a las empresas que tienen prácticas sostenibles son pasos importantes. Educar a nuestra familia y comunidad sobre los peligros de la contaminación del aire también es crucial para construir una conciencia colectiva.

Los acuerdos climáticos y los objetivos de desarrollo sostenible, son herramientas que nos guían hacia un futuro más limpio y saludable. Sin embargo, su éxito depende de la voluntad política y la acción concertada de todos los países.

El 7 de septiembre nos invita a reflexionar sobre nuestro impacto en el aire que respiramos. La conmemoración de este día no es solo una celebración, sino una promesa de trabajar por un futuro en el que el cielo sea azul y el aire sea limpio para todos, en todas partes. Es un recordatorio de que la salud del planeta y la nuestra están intrínsecamente ligadas, y que no podemos permitirnos ignorar esta crisis.

En última instancia, el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul es un llamado a la esperanza y la acción. A pesar de los desafíos monumentales, la tecnología, la innovación y el compromiso humano pueden marcar la diferencia. Uniendo nuestros esfuerzos, podemos revertir el curso de la contaminación del aire y garantizar que las generaciones futuras hereden un mundo en el que respirar aire puro no sea un lujo, sino una realidad cotidiana.