Rio Grande do Sul perdió 3,3 millones de hectáreas de vegetación autóctona: ¿cómo esto pudo agravar las inundaciones?

La tragedia de Rio Grande do Sul puede haberse visto acentuada por la degradación de la vegetación autóctona, según un estudio de MapBiomas. La pérdida de la cubierta vegetal original y el avance de la urbanización dificultan la infiltración del agua en el suelo.

Rio Grande do Sul
La degradación de la vegetación autóctona en Rio Grande do Sul puede ser uno de los factores agravantes de las últimas inundaciones. Foto: Sarita Reed.

El número de muertes en Rio Grande do Sul ascendió a 154, según el último boletín de la Defensa Civil, publicado el pasado viernes 17 por la mañana. En total, 2.281.830 personas resultaron afectadas, 540.192 se quedaron sin hogar y 77.199 fueron trasladadas a albergues públicos.

El jueves 16, el nivel de Guaíba cayó por debajo de los 5 metros por primera vez en dos días, alcanzando los 4,98 metros. Desde el pasado lunes 13, el río registra niveles superiores a los 5 metros. La magnitud de este evento extremo, las muertes y los daños en varias ciudades ha desatado una discusión sobre las causas que llevaron a esta tragedia.

La degradación de la vegetación nativa puede ser una de las causas

Los datos muestran que, entre 1985 y 2022, Rio Grande do Sul perdió alrededor de 3,3 millones de hectáreas de vegetación nativa. Este valor equivale al 22 % de toda la cobertura vegetal original, formada por bosques, campos, zonas pantanosas y otras formas de vegetación nativa.

MapBiomas es un proyecto que reúne a ONG y empresas de tecnología, utilizando imágenes satelitales para analizar cambios en los patrones de ocupación de la tierra en todo Brasil.

Al mismo tiempo que desaparecía la vegetación nativa, también se observó un aumento de los cultivos de soja, la silvicultura y los perímetros urbanizados en Rio Grande do Sul.

Los expertos afirman que la pérdida de la cubierta vegetal original puede haber contribuido a que se produzcan episodios de lluvias extremas, como los ocurridos recientemente en el estado de Rio Grande do Sul. Con la presencia de vegetación autóctona, disminuye la velocidad del torrente hacia los ríos, aumenta la cantidad de agua infiltrada en el suelo y disminuye la cantidad de agua disponible para las inundaciones, además de dificultar el proceso de sedimentación de los ríos.

En definitiva, la vegetación autóctona crea obstáculos que reducen la fuerza con la que el agua llega a las zonas más bajas, manteniendo el suelo permeable y reduciendo el riesgo de desbordes.

Adiós a la vegetación autóctona y bienvenidas las plantaciones de soja

Según una investigación de MabBiomas, el estado de Rio Grande do Sul en su conjunto perdió mucha vegetación nativa, pero casi una tercera parte ocurrió en la región de la cuenca del río Guaíba, con una pérdida de 1,3 millones de hectáreas.

Rio Grande do Sul fue el estado que más vegetación autóctona perdió entre 1985 y 2022.
Rio Grande do Sul fue el estado que más vegetación autóctona perdió entre 1985 y 2022. Fuente: MapBiomas.

La vegetación del estado está compuesta por pastos y pequeños arbustos, los cuales han sido utilizados en actividades de ganadería extensiva. Entre 1985 y 2022, el estado perdió 3,3 millones de hectáreas en formaciones rurales, es decir, casi la totalidad de Rio Grande do Sul, seguido de Mato Grosso do Sul.

En 1985, Rio Grande do Sul tenía una superficie de 1,3 millones de hectáreas ocupadas por soja. En 2022, este valor saltó a 6,3 millones, es decir, se suprimió la vegetación nativa y se dio paso a las plantaciones de soja.

Según la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), Rio Grande do Sul era el tercer mayor productor de soja de Brasil en junio de 2023, detrás de Paraná y Mato Grosso. Otra actividad que ha crecido y cambiado la configuración de los suelos del estado es la forestal, que consiste en la plantación de nuevos bosques o el manejo de bosques nativos para su explotación comercial.

En Rio Grande do Sul, la principal fuente de forestación es la plantación de nuevos bosques de especies como eucaliptos, pinos y otras que se utilizan para producir madera, leña y celulosa.

La encuesta MapBiomas también mostró el crecimiento de las áreas urbanizadas en Rio Grande do Sul, alrededor de un aumento del 145 % entre 1985 y 2022. Según el IBGE, la población del Estado era de 8,4 millones en 1985. En 2022, la población estimada era de 10,8 millones.