El cometa 3I/ATLAS no nació en nuestro sistema solar: ¿pueden los astrónomos decirnos de dónde vino?
El tercer objeto interestelar detectado, el cometa 3I/ATLAS, avanza a gran velocidad por el sistema solar. Aunque su origen sigue siendo un misterio, los datos de la misión Gaia permiten reconstruir su trayecto y posibles encuentros estelares.

El 1 de julio de 2025, el sistema de alerta ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) descubrió al cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar jamás detectado, después de los ya célebres 1I/ʻOumuamua y 2I/Borisov. A diferencia de los asteroides comunes, este viajero procede de fuera del sistema solar y atraviesa nuestra vecindad cósmica a unos 220.000 km/h.
El cometa realizará su máxima aproximación al Sol a finales de octubre y ya ha sido observado por telescopios terrestres y espaciales, incluido el James Webb. También se espera que lo estudien misiones interplanetarias como JUICE, Mars Express y, potencialmente, Juno en órbita de Júpiter.
Sin embargo, ninguna de estas observaciones puede responder la gran incógnita: ¿de dónde vino exactamente 3I/ATLAS?
Gaia, una pieza clave para rastrear su viaje
Un nuevo estudio liderado por investigadores de España y Suecia, recientemente enviado a Astrophysical Journal Letters, recurre a los datos de la misión Gaia de la ESA para intentar reconstruir el camino del cometa. El trabajo, titulado “3I/ATLAS: In Search of the Witnesses to Its Voyage”, fue dirigido por Xabier Pérez Couto, de la Universidade da Coruña.
Comet 3I/ATLAS is the third known object from outside our solar system to be discovered passing through our neighborhood.
— NASA Solar System (@NASASolarSystem) September 15, 2025
Track its current and future position using our "Eyes on the Solar System" interactive. Here it is passing near Mars in October: https://t.co/CxUyJD1GOX pic.twitter.com/uyiXD48a2Y
Los científicos señalan que la cinemática, es decir, la trayectoria y velocidad, es la pista más directa para identificar un objeto como interestelar. Investigaciones previas sugerían que 3I/ATLAS pudo originarse en el disco grueso de la Vía Láctea, una región poblada por estrellas muy antiguas, lo que implicaría que podría ser más viejo que el propio Sol.
Para comprobarlo, el equipo retrocedió la órbita del cometa 10 millones de años, comparándola con datos de estrellas cercanas registradas por Gaia.
Encuentros estelares en el camino
El análisis reveló 93 encuentros entre 3I/ATLAS y diversas estrellas, de los cuales 62 fueron considerados altamente confiables. Curiosamente, todos involucraron estrellas de secuencia principal, sin hallarse interacciones con enanas blancas o estrellas de neutrones, que habrían generado perturbaciones gravitatorias mucho más notorias.
Los autores concluyen que, en los últimos 4,27 millones de años, 3I/ATLAS no experimentó interacciones significativas con otras estrellas que puedan explicar su trayectoria actual.
Una muestra cósmica en movimiento
La particularidad de este cometa es su actividad cometaria, es decir, la liberación de gases y polvo al acercarse al Sol, formando una coma y una cola brillantes. Este fenómeno permite analizar directamente los materiales de los que se compone, que se originaron en otro rincón de la galaxia.

En palabras de los investigadores, se trata de “una muestra natural entregada a la Tierra”, una oportunidad única para comprender la composición de los planetesimales helados en la Vía Láctea.
Lo que vendrá: más visitantes interestelares
El estudio de 3I/ATLAS es apenas un anticipo de lo que se espera para los próximos años. Con la entrada en funcionamiento del Observatorio Vera Rubin, se estima que podrían descubrirse entre uno y dos objetos interestelares cada año, acumulando más de una docena durante su Legacy Survey of Space and Time.
Cada nuevo hallazgo permitirá construir una visión más completa sobre esta población heterogénea de objetos, que ofrecen claves únicas sobre la evolución de los sistemas planetarios en la galaxia.
Un origen aún incierto
Aunque el rastro de 3I/ATLAS apunta a una órbita vinculada al disco fino de la galaxia, los datos también sugieren que podría haberse formado en una región intermedia con el disco grueso, quizá expulsado de un sistema planetario primitivo o de una exo-nube de Oort.
Astronomers using the Very Large Telescope in Chile have made a startling discovery in interstellar visitor 3I/ATLAS. New spectroscopic data shows its plume of gas is laced with unusual chemicals, including cyanide and nickel#3IATLAS pic.twitter.com/Qi2LQCnWpO
— pierre_terrier (@pierre_terrier) September 15, 2025
En definitiva, el misterio persiste. Pero cada observación y cada cruce de datos acercan a los astrónomos a responder la gran pregunta: ¿qué historias trae consigo este visitante de las estrellas?
Referencia de la noticia
X. Pérez-Couto et al, 3I/ATLAS: In Search of the Witnesses to Its Voyage, arXiv (2025). DOI: 10.48550/arxiv.2509.07678