La gran tormenta solar del 1 de junio provocó el mayor decrecimiento Forbush en la Tierra en los últimos 20 años
No todas las tormentas solares son iguales, y algunas pueden producir efectos que a menudo se pasan por alto, como el enorme decrecimiento de Forbush que afectó a la Tierra el 1 de junio, la más grande en 20 años.

La tormenta solar del 1 de junio produjo un efecto bastante extraño, el llamado «decrecimiento Forbush».
Este efecto debe su nombre al físico estadounidense Scott Forbush, quien en 1937 descubrió y teorizó este fenómeno tan particular. Se trata, de hecho, de una rápida disminución de la intensidad de los rayos cósmicos galácticos, observada tras una eyección de masa coronal (CME).
En rigor, se podría pensar que una alta actividad solar siempre debería provocar un aumento de los rayos cósmicos, pero no siempre es así, como ocurrió el 1 de junio.
El extraño "decrecimiento Forbush"
De forma más rigurosa, podemos definir el efecto Forbush como una disminución repentina de los rayos cósmicos de más del 20 %, que puede durar desde unas pocas horas hasta varias semanas. Esta disminución generalmente se produce por intensificaciones repentinas del viento solar causadas por erupciones solares o eyecciones de masa coronal.
Pero ¿por qué llegan menos rayos cósmicos a la Tierra si aumenta la actividad solar?

Sabemos que cuando aumenta la actividad solar, también se intensifica el viento solar, es decir, el flujo de partículas cargadas emitidas por la atmósfera superior del Sol. Esta, compuesta por partículas cargadas en movimiento, principalmente protones y electrones, genera a su vez un campo magnético capaz de alejar parte de los rayos cósmicos galácticos de la Tierra.
El decrecimiento de Forbush de los últimos días también fue la mayor caída de radiación cósmica registrada en los últimos 20 años. De hecho, la Estación de Rayos Cósmicos de Oulu, en Finlandia, registró una disminución de rayos cósmicos del 25 %.
El estudio de este fenómeno y de los rayos cósmicos galácticos en general es fundamental; de hecho, son estas radiaciones las que más ponen en peligro la salud de los astronautas, por lo que es esencial conocerlas en profundidad.
Podemos aprovechar este fenómeno a nuestro favor
Lo ideal sería poder aprovechar este fenómeno, aunque poco común, en futuras misiones espaciales, limitando así la radiación a la que están expuestos los astronautas. De hecho, es importante saber que en un solo día en el espacio se recibe la misma cantidad de radiación que en la Tierra durante todo un año.
Sin embargo, les recordamos que esta disminución de rayos cósmicos se registró en la Tierra, lo que no significa que los satélites en órbita hayan tenido la misma suerte, al contrario.
Actualmente, nuestro planeta aún experimenta la fase actual de decrecimiento Forbush, que debería remitir en una o dos semanas, cuando volvamos a los niveles de radiación normales.