El plástico invisible que pisas todos los días: el sorprendente impacto ambiental del chicle
Los chicles liberan cientos de microplásticos en nuestro cuerpo pero también en el medio ambiente. La goma de máscara no se biodegrada, puede tardar hasta 25 años en descomponerse naturalmente, causando daños ambientales.

El chicle tiene una historia fascinante que se remonta a millas de años. En la antigüedad, la gente masticaba resina de árbol por placer. Avanzando rápidamente hasta finales del siglo XIX, surge el chicle moderno tal como lo conocemos.
Un inventor estadounidense llamado Thomas Adams mientras intentaba crear caucho, produjo accidentalmente la primera goma de máscara comercial utilizando chicle , la savia del árbol de zapote. Más adelante, el siglo XX presentó una revolución en el mundo de la goma de máscara con la introducción de gomas de máscara con sabor y envasadas individualmente.
Marcas icónicas de chicles se popularizaron hasta convertirse en nombres familiares en todo el mundo. Durante la Segunda Guerra Mundial, el chicle se convirtió en un elemento básico para los soldados , proporcionándoles un momento de respiro en medio del caos.

En la actualidad, el chicle proporciona placer a miles de millones de personas en todo el mundo, y su historia refleja nuestro disfrute innato de este hábito sencillo y satisfactorio. Pero ¿qué hay de su impacto ambiental?
Contaminación por plástico
En lo que respeta a los chicles no sostenibles, su impacto ambiental es sorprendentemente significativo . Los ingredientes y materiales utilizados en la producción de chicles convencionales, como cauchos sintéticos, plastificantes y saborizantes artificiales, contribuyen a la degradación ambiental.
El chicle es uno de los principales responsables de la crisis mundial de residuos plásticos. Cada año, se desechan millas de millones de paquetes y restos de chicle, lo que equivale a casi 250 mil toneladas de residuos en todo el mundo.
Además, desechar incorrectamente la goma de máscara contribuye a la acumulación de basura en las ciudades, lo que genera gastos millonarios anuales en limpieza. Lo más alarmante es la persistencia de estos residuos. La goma de máscara no se biodegrada, puede tardar hasta 25 años en descomponerse naturalmente , causando daños ambientales.

La goma de máscara no sostenible afecta a los ecosistemas acuáticos. Últimamente, una gran cantidad de goma de máscara desecada suele terminar en cuerpos de agua, donde sus sustancias químicas pueden dañar la vida marina y alterar ecosistemas delicados.
¿Chicle sostenible? Esto es lo que debes saber
Cuando se trata de chicles sostenibles, hay varios factores esenciales a tener en cuenta. Busca opciones elaboradas con ingredientes naturales , preferiblemente con bases de goma de origen vegetal como chicle o látex natural . Evite las gomas con saborizantes y edulcorantes artificiales, ya que pueden no ser ecológicas.
El empaque también es fundamental. Opta por marcas que utilicen materiales biodegradables y libres de plástico para sus envoltorios de chicles . Las certificaciones de sostenibilidad, como la compostabilidad o las etiquetas ecológicas, también son indicativas de una elección respetuosa con el medio ambiente.
Consumir chicles de producción local puede reducir la huella de carbono asociada al transporte. Además, conviene informarse sobre las prácticas laborales y la ética empresarial de la compañía. Las marcas que priorizan los salarios justos y el abastecimiento ético, también contribuyen positivamente a la sociedad y al medio ambiente.