Un estudio reciente revela que plantar árboles en los trópicos enfría el planeta y reduce incendios

Un equipo internacional de científicos descubrió que los árboles tropicales son aliados clave contra el cambio climático. Además de capturar carbono, enfrían la atmósfera y reducen incendios, mostrando que la reforestación más efectiva se logra en zonas cálidas y húmedas.

Entre los árboles más comunes de las zonas tropicales destacan la ceiba, la caoba y la castaña amazónica en las selvas húmedas; los baobabs y acacias en las sabanas africanas; y los manglares rojo, negro y blanco en las costas tropicales.

Plantar árboles ha sido promovido durante décadas como una de las estrategias más sencillas y efectivas para combatir el cambio climático. La razón principal es conocida: al crecer, los árboles absorben dióxido de carbono (CO₂), el principal gas de efecto invernadero, y lo almacenan en su biomasa. Sin embargo, una nueva investigación revela que los beneficios de los árboles no se limitan a la captura de carbono.

El estudio Climate effects of a future net forestation scenario in CMIP6 models, publicado en la revista npj Climate and Atmospheric Science y liderado por científicos de la Universidad de California en Riverside (UCR), demuestra que los árboles tropicales enfrían más el planeta y reducen los incendios.”

Los investigadores demostraron que la ubicación donde se planten los árboles marca una diferencia sustancial en su impacto climático. Mientras que en los trópicos los árboles proporcionan un enfriamiento neto y ayudan a reducir incendios forestales, en latitudes altas y regiones frías sus efectos pueden ser mucho más modestos o incluso contraproducentes.

Enfriamiento natural: cómo los árboles "sudan" por el planeta

El estudio muestra que en regiones cálidas y húmedas, como las selvas y sabanas tropicales, los árboles enfrían el aire de manera muy eficiente gracias a la evapotranspiración. Este proceso, similar al sudor humano, consiste en liberar vapor de agua a la atmósfera. Dicho vapor no solo enfría el aire circundante, sino que además contribuye a la formación de nubes, que reflejan la radiación solar hacia el espacio y reducen aún más las temperaturas locales.

Gracias a la fotosíntesis, los árboles tropicales convierten la luz del sol en energía, liberando oxígeno y absorbiendo dióxido de carbono: un proceso vital para el clima y la vida en la Tierra.

Las simulaciones revelaron que, en promedio, la reforestación tropical puede bajar la temperatura cerca de 0,05 °C. En zonas específicas, como África Central, la reducción llega a 0,4 °C, un efecto muy significativo a escala local. Cuando se suma la captura de carbono, el enfriamiento global promedio aumenta en 0,08 °C, reforzando la importancia de proteger y restaurar los bosques tropicales.

Por el contrario, en latitudes altas como Canadá o Rusia, plantar árboles puede oscurecer la superficie (porque las copas absorben más luz solar que la nieve blanca) y provocar un ligero calentamiento. Esto demuestra que no todas las iniciativas de reforestación tienen el mismo impacto climático.

Más árboles, menos incendios en los trópicos

Además de enfriar el clima, los árboles tropicales actúan como barreras naturales contra los incendios. En sabanas y bosques tropicales degradados, los pastizales suelen arder con facilidad debido a su baja resistencia al fuego. En cambio, los árboles adultos ofrecen un ambiente más húmedo y sombrío, lo que dificulta la propagación de las llamas.

En 2023–2024 se quemaron unos 3,9 millones de km² en incendios forestales globales, con emisiones de carbono un 16 % por encima del promedio.

El estudio resalta que incrementar la densidad de árboles en estas zonas reduce considerablemente el área quemada por incendios forestales. Este hallazgo es crucial para regiones como el Amazonas o África tropical, donde la combinación de sequías extremas y deforestación ha disparado la frecuencia de incendios en las últimas décadas.

Los autores subrayan que la reforestación no puede sustituir la reducción urgente de emisiones de gases de efecto invernadero. Plantar árboles en los trópicos es una estrategia complementaria.

Sin embargo, el panorama cambia en zonas templadas o boreales. Allí, plantar árboles en exceso puede aumentar el riesgo de incendios, ya que la mayor densidad forestal genera combustibles más secos y facilita la propagación de las llamas.

Ciencia con mirada global y escenarios realistas

Una de las fortalezas de este trabajo es que no se basó en un único modelo, sino en los resultados de 12 simulaciones climáticas distintas, lo que otorga solidez a sus conclusiones. Además, los investigadores diseñaron un escenario realista: reforestar en áreas que históricamente fueron bosques, evitando desplazar tierras agrícolas o comunidades humanas.

Este enfoque evita uno de los principales problemas de algunos proyectos de reforestación, donde se plantan árboles en lugares inadecuados, afectando a ecosistemas nativos o actividades productivas.

La investigación confirma que las políticas climáticas deben ser específicas para cada región, considerando factores como la disponibilidad de agua, el tipo de vegetación y la dinámica local de incendios.

El mensaje del estudio es claro: los árboles son aliados poderosos contra el cambio climático, pero su efectividad depende del lugar donde crezcan. Proteger y restaurar los bosques tropicales ofrece beneficios climáticos dobles: enfrían la atmósfera y reducen la propagación de incendios.

Referencias de la noticia

Gómez, J.L., Allen, R.J., Horowitz, L.W. et al. Climate effects of a future net forestation scenario in CMIP6 models. npj Clim Atmos Sci 8, 297 (2025).

UC Riverside News. Trees in the tropics cool more, burn less.