¿Dónde ver olas brillantes? Las 7 playas más impresionantes del mundo para observar la bioluminiscencia

Ver cómo el mar brilla en la oscuridad no es un efecto especial: es biología pura. Estas son siete playas del mundo donde el fitoplancton ilumina las olas y transforma la noche en un espectáculo azul verdoso difícil de olvidar.

biolumniscencia
Hay algunas playas donde este fenómeno es frecuente

Basta con agitar el agua con la mano o ver pasar una ola para que la superficie del mar parezca encenderse. Ese brillo no viene de la luna ni de luces artificiales, sino de diminutos organismos que habitan el agua: los dinoflagelados, una forma de fitoplancton que produce luz cuando se agita. Lo hacen como mecanismo de defensa, generando una luz fría y azulada que convierte cualquier movimiento en una estela luminosa.

El fenómeno de la bioluminiscencia es más común en las profundidades marinas, donde muchos animales la usan para atraer presas, comunicarse o distraer depredadores. Pero cuando se da en aguas costeras cálidas y tranquilas, se transforma en un espectáculo visible desde la playa. Las mejores noches para verlo son las de luna nueva, sin viento y con poca contaminación lumínica.

Si bien el plancton es frágil y conviene no tocar el agua para no alterar su equilibrio, observar una marea azul a distancia puede ser una experiencia tan impactante como rara. A continuación, las siete playas donde la bioluminiscencia aparece con más frecuencia y ofrece un espectáculo difícil de igualar.

1. Bahía Mosquito, Puerto Rico

La bahía Mosquito, en la isla de Vieques, tiene el récord Guinness como la bahía bioluminiscente más brillante del mundo. Su secreto está en los manglares que alimentan a millones de dinoflagelados con nutrientes constantes.

Después del huracán María en 2017, la población de plancton se duplicó, y hoy el brillo puede observarse durante todo el año. Las vecinas Laguna Grande (en Fajardo) y La Parguera (en Lajas) también ofrecen el espectáculo, siendo esta última la única donde se permite nadar o recorrer en lancha.

2. Bahía de Jervis, Australia

Ubicada al sur de Nueva Gales del Sur, la bahía de Jervis es famosa por sus playas de arena blanca y, cada tanto, por sus noches fluorescentes. En lugares como Blenheim Beach o Barfleur Beach, las olas pueden volverse de un azul eléctrico entre mayo y agosto, aunque las floraciones pueden aparecer en cualquier momento del año si el clima acompaña. Las autoridades locales recomiendan seguir los reportes de los medios regionales para enterarse cuándo el mar decide encenderse.

3. Krabi, Tailandia

La provincia de Krabi, al suroeste de Tailandia, tiene todo lo necesario para que florezca el plancton: aguas cálidas, manglares y arrecifes de coral. Entre noviembre y mayo, cuando las lluvias son escasas, el fenómeno se intensifica en la zona de Railay Beach y en las islas cercanas.

La oficina de turismo local organiza excursiones nocturnas en kayak para ver de cerca cómo las remadas dejan rastros luminosos que se disuelven en segundos.

4. Islas Matsu, Taiwán

En este archipiélago frente a la costa oriental de China, la bioluminiscencia tiene nombre propio: “lágrimas azules”. Las microalgas brillantes aparecen con más frecuencia entre abril y junio, sobre todo cerca de la aldea de Qiaozi y la costa oeste de Beigan. Hay paseos en barco al atardecer que permiten ver cómo el mar se tiñe de un azul fantasmal. Aunque no siempre se puede garantizar el avistamiento, la mayoría de los visitantes logra ver las olas encendidas al menos una vez.

5. Laguna Manialtepec, Oaxaca, México

A pocos kilómetros de Puerto Escondido, esta laguna se conecta con el océano solo en temporada de lluvias, entre junio y julio. Ese intercambio permite que el plancton marino ingrese al entorno protegido de los manglares, donde el agua tranquila y cálida crea las condiciones ideales para la bioluminiscencia.

Las excursiones suelen salir pasada la medianoche, cuando la oscuridad es total. Si hay suerte, el recorrido incluye el destello del agua y el crujido lejano de los cocodrilos que habitan el canal.

6. Mission Bay y Newport Beach, California

En la costa oeste de Estados Unidos, los brotes de bioluminiscencia se volvieron más frecuentes en los últimos años. En Mission Bay y Newport Beach, el mar se tiñe de azul durante la noche gracias a floraciones de plancton que antes aparecían cada varios años y ahora lo hacen casi todos los veranos.

En 2024, las imágenes captadas por locales se viralizaron por su intensidad. Los meses más activos suelen ser octubre y noviembre, aunque la previsión es difícil: cada aparición es una sorpresa.

7. Penmon Point, Gales

Aunque las aguas galesas no son precisamente tropicales, el fenómeno también se deja ver allí. En la costa de Anglesey y en la bahía de Dunvegan, las mareas brillantes se registran a mediados de junio, posiblemente favorecidas por el aumento de temperatura del mar.

Si la suerte acompaña, basta lanzar una piedra al agua para ver cómo se dispersa un resplandor azul en la superficie. Una prueba de que la bioluminiscencia puede ocurrir incluso en los lugares menos esperados.

Un fenómeno tan frágil como fascinante

El brillo que emiten los organismos bioluminiscentes es producto de una reacción química: la luciferina (una molécula presente en el organismo) reacciona con oxígeno gracias a una enzima llamada luciferasa, liberando energía en forma de luz. Se estima que más de 1500 especies de peces y una gran cantidad de bacterias, calamares, medusas y crustáceos tienen esta capacidad.

Aunque en los humanos el efecto es puramente visual, en el océano cumple funciones vitales: confundir depredadores, atraer alimento o comunicarse en la oscuridad total. La próxima vez que el mar se ilumine, vale la pena recordar que ese espectáculo efímero es también una estrategia de supervivencia microscópica.