Brasil reclama una gigantesca "isla sumergida" rica en minerales estratégicos

Sumergida a 5000 metros bajo el nivel del mar y con el tamaño de España, la Elevación del Río Grande podría convertirse en parte de territorio brasileño y abrir camino a la exploración de valiosos recursos en sus fondos marinos.

Isla sumergida Rio Grande do Sul 1 — Foto: Reproducción/USP
Isla sumergida contiene minerales valiosos para la transición energética. Crédito: Reproducción/USP

Una gigantesca formación geológica del tamaño de España, situada aproximadamente a 1,200 kilómetros de la costa de Rio Grande do Sul y a 5,000 metros de profundidad, puede pasar a formar parte oficialmente del territorio brasileño. Se trata de la Elevación del Río Grande (ERG), una “isla sumergida” que Brasil pretende incorporar a su plataforma continental ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La reivindicación, realizada con base en estudios geológicos, alega que el ERG es una continuación natural del territorio continental brasileño. Una investigación realizada por la Universidad de São Paulo (USP), indica que el suelo de la región es similar al del interior de São Paulo, lo que indicaría una conexión geológica directa con el continente.

Además de su valor científico, la Elevación del Río Grande es codiciada por su riqueza en minerales estratégicos, incluidos elementos de tierras raras, esenciales para la transición energética y la fabricación de tecnologías como baterías de automóviles eléctricos, turbinas eólicas, dispositivos electrónicos y equipos médicos.

Disputa internacional y la Convención de la ONU

Aunque se encuentra en aguas internacionales, la Elevación del Río Grande actualmente no pertenece a ningún país y se considera patrimonio común de la humanidad. Desde 2018, Brasil intenta cambiar esta situación a través de una solicitud formal a la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), órgano técnico de la ONU encargado de analizar las solicitudes de expansión territorial en los fondos marinos.

Imágenes tomadas con un vehículo no tripulado muestran un cañón que corta el Rio Grande Rise. Crédito: Luigi Jovane/USP
Imágenes tomadas con un vehículo no tripulado muestran un cañón que corta el Rio Grande Rise. Crédito: Luigi Jovane/USP

La reclamación de Brasil se basa en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM), firmada en 1982. Según esta convención, los países costeros tienen derecho a explotar económicamente los recursos del fondo marino hasta 200 millas náuticas (aproximadamente 370 kilómetros), de la costa un área denominada Zona Económica Exclusiva (ZEE). Sin embargo, si demuestran que su plataforma continental se extiende más allá de ese límite, podrán reclamar áreas adicionales.

Según el investigador Luigi Jovane, de la USP, “hay evidencias de que el ERG fue una isla conectada al continente en períodos geológicos recientes, lo que fortalece la tesis brasileña”. La solicitud de Brasil está bajo revisión desde febrero de 2025 y cubre un área de aproximadamente 1.5 millones de km².

Riqueza mineral en el fondo del mar

Uno de los principales intereses detrás de la disputa es la posibilidad de explorar las tierras raras, un conjunto de 17 elementos químicos utilizados en industrias de alta tecnología. “Lo que encontramos es una concentración anómala de estos minerales en la Elevación del Río Grande”, dice Carina Ulsen, investigadora de la USP.

Brasil ya posee la segunda mayor reserva de tierras raras del mundo, con alrededor de 21 millones de toneladas. Sin embargo, el país aún enfrenta desafíos tecnológicos para transformar estas materias primas en productos con valor agregado. Gran parte de lo que se extrae hoy en día se exporta en estado crudo.

A pesar de ello, hay avances. Yacimientos en estados como Minas Gerais y Goiás están siendo explorados con técnicas modernas y el gobierno federal ha buscado atraer inversiones para estructurar una cadena productiva nacional. Aun así, la explotación del ERG requeriría sofisticadas tecnologías de minería de aguas profundas, que el país aún está desarrollando.

Cuestiones diplomáticas y medioambientales

Si la ONU aprueba la reclamación de Brasil, ningún otro país podrá explotar económicamente los recursos del ERG. Sin embargo, no se concederá soberanía sobre el territorio en sí: el reconocimiento se limita al derecho a utilizar el fondo marino y el subsuelo.

La Elevación del Río Grande está ubicada en aguas internacionales y hasta el día de hoy se considera patrimonio común de la humanidad.
La Elevación del Río Grande está ubicada en aguas internacionales y hasta el día de hoy se considera patrimonio común de la humanidad.

Incluso con este apoyo legal, los expertos advierten de los desafíos que supone defender y monitorear una zona tan remota. Existen preocupaciones sobre la capacidad de Brasil para proteger sus intereses en alta mar, tanto desde una perspectiva militar como diplomática.

Además, la posibilidad de exploración minera en una zona tan profunda plantea cuestiones medioambientales. Investigadores de la USP destacan que el objetivo inicial no es defender la minería submarina, sino mapear la geología y la biodiversidad local. Cualquier actividad futura debe pasar por rigurosos procesos de licenciamiento ambiental.

Proximidad a la decisión histórica

Brasil espera una decisión de la CLPC en los próximos meses. Si se aprueba la solicitud, la Elevación del Río Grande pasará a formar parte formalmente de la Plataforma Continental brasileña, otorgando al país derechos exclusivos sobre los valiosos recursos minerales del área.

La expectativa es que, con el reconocimiento internacional, el país pueda desarrollar su capacidad tecnológica y económica para convertirse en protagonista en la carrera por los llamados “minerales del futuro”, un paso estratégico hacia la soberanía energética y tecnológica.

Referencia de la noticia:

G1. Entenda em 5 pontos a reivindicação do Brasil por uma 'ilha submersa' rica em 'minerais do futuro'. 2025