Día Internacional de la Luna 2025: "Una Luna, una visión y un futuro"

Cada 20 de julio celebramos el Día Internacional de la Luna, recordando el primer alunizaje y aprovechando la oportunidad para repensar nuestra relación con la compañera que más nos ha inspirado.

La luna es un nuestro satélite natural y cumple funciones para el equilibrio planetario.

En 1969, un astronauta bajó de una escalerilla, pisó la superficie lunar y dijo una frase que viajaría en el tiempo: “Un pequeño paso para el hombre...” Desde entonces, ese instante quedó tatuado en la memoria colectiva como el momento en que la humanidad tocó otro mundo.

Pero no fue sólo una hazaña tecnológica sino también un mensaje, un símbolo de lo que somos capaces de lograr cuando miramos hacia arriba, cuando unimos esfuerzos y nos atrevemos a soñar en grande podemos dejar huellas sobre el regolito lunar que no desaparezcan y que tal vez, realmente nunca lo hagan.

Por eso, en 2021, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió algo importante: declarar el 20 de julio como el Día Internacional de la Luna. La propuesta fue presentada por la Moon Village Association durante la 64ª sesión del Comité de la ONU para el Uso Pacífico del Espacio Exterior (COPUOS)

Neil Armstrong, primer hombre en la Luna. NASA

La idea fue respaldada por Estados Unidos, en honor a la misión Apolo 11, pero el espíritu de la fecha va mucho más allá. Se trata de abrir conversaciones globales sobre el uso responsable, pacífico y sostenible de nuestro satélite natural y no sólo mirar al pasado, sino pensar en el futuro.

Más allá del Apolo 11

Cuando hablamos del alunizaje de 1969 solemos imaginar cascos brillantes, banderas ondeando sin viento y frases épicas. Pero aquel evento fue también el inicio de una era compleja, marcada por rivalidades geopolíticas, sueños truncados y largos silencios lunares.

Durante décadas, la Luna quedó en pausa, algo así como un recuerdo, un objetivo que parecía lejano. Sin embargo, en los últimos años ha vuelto al centro de la agenda espacial y hoy agencias como NASA, ESA, Roscosmos, CNSA y JAXA —junto con empresas privadas— están diseñando nuevas misiones, hábitats y vehículos para regresar, pero esta vez, para quedarnos.

Y el Día Internacional de la Luna quiere ser también eso, una invitación a reflexionar sobre cómo volver, pensar en qué tipo de presencia humana construiremos allá arriba, bajo qué principios y valores; así cómo evitar que la Luna se convierta en un territorio en disputa.

Porque aunque parezca deshabitada, la Luna ya tiene mucho en juego: minerales, órbitas estratégicas, zonas con luz permanente y cráteres con agua congelada. Lo que decida la humanidad ahora, podría marcar el rumbo de toda una civilización interplanetaria.

Una Luna para todos

Una de las metas más importantes de esta conmemoración es promover la inclusión internacional en las futuras actividades lunares. La Luna no pertenece a ningún país ni a ninguna empresa, es patrimonio común de la humanidad y así debe mantenerse.

Por eso, iniciativas como la Moon Village Association proponen que las próximas bases lunares —sean científicas, comerciales o habitacionales— respondan a principios de cooperación global. Que el acceso al satélite sea equitativo, transparente y respetuoso con el entorno lunar.

Salida de la Tierra fotografiada por el astronauta del Apolo 8, William Anders, en diciembre de 1968, con la Tierra en fase gibosa vista desde la Luna. NASA

Esto no es sólo política espacial sino un reflejo de quiénes somos como especie. ¿Podremos aprender de nuestros errores en la Tierra y evitar repetirlos allá arriba? ¿Seremos capaces de crear una comunidad interplanetaria donde quepan todas las voces?

La Luna puede ser un laboratorio de convivencia, un espejo de nuestros ideales... o una advertencia. Lo que elijamos depende de nosotros y celebraciones como esta nos dan una oportunidad para detenernos, pensar y elegir mejor.

Mirar la Luna con otros ojos

Cada vez que levantamos la mirada y vemos esa esfera blanca colgada en el cielo, hay algo que se despierta en nuestro subconciente. La Luna ha sido musa de poetas, guía de navegantes y reloj de los agricultores, pero también ahora más que nunca, el destino en un futuro no muy lejano.

El Día Internacional de la Luna no es sólo para recordar un hito del pasado: es una fecha para imaginar lo que viene, para hablar de ciencia, ética, cooperación y futuro, para preguntarnos qué significará ser humanos... en otros mundos.

Y aunque quizás nunca pongamos un pie allá arriba, celebrar este día es una forma de estar un poco más cerca, así como de seguir soñando, de no olvidar que incluso en la oscuridad del espacio, somos capaces de dejar luz.