La cuenca atlántica tropical está inusualmente tranquila: por qué y qué se espera

La mayor parte de los huracanes se forman desde mediados de agosto hasta la primera quincena de octubre. Con el pico de la temporada del Atlántico, la cuenca atlántica permanece en silencio, aunque parece que será momentáneo.

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La cuenca del Atlántico ha estado tranquila hasta el momento este mes, y el pico de la temporada está a la vuelta de la esquina.

El 10 de septiembre marcó el punto medio y estadístico de la temporada de huracanes del Atlántico. Una tormenta tropical o huracán activo ha estado presente en algún lugar del Atlántico en esta fecha en aproximadamente el 75 % de los 76 años que registra la NOAA. La última vez que no hubo actividad durante su pico fue en 2016.

La extraña temporada de huracanes de 2025

La última tormenta en el Atlántico fue el 28 de agosto, cuando Fernand se alejó de la costa. Desde entonces, el Centro Nacional de Huracanes anticipa calma en la región al menos por una semana más. Si esa quietud se confirma, septiembre marcará un récord: sería el mes más largo sin una tormenta con nombre en el Atlántico desde 1992, cuando Bonnie recién apareció el 18 de septiembre.

Septiembre es el mes ideal para la actividad tropical. Las temperaturas del agua alcanzan sus niveles más altos tras absorber todo el calor del verano. Actualmente, la mayor parte de la cuenca atlántica tiene aguas más cálidas de lo normal, listas para las tormentas. Aunque no alcanza los niveles récord de 2023 y 2024, el agua sigue estando más caliente de lo que debería.

Las temperaturas del agua son más altas en un mundo en calentamiento debido a la producción de combustibles fósiles. El huracán Erin aprovechó el calor y se convirtió en uno de los huracanes atlánticos de mayor intensidad registrados, alcanzando la categoría 5 a mediados de agosto.

Las piezas del rompecabezas

Hasta el momento, el Atlántico tropical está envuelto en aire seco y estable, razón por la cual se encuentra inusualmente tranquilo. El aire seco limita la capacidad de un sistema de bajas presiones para producir lluvia. Una zona con posible desarrollo la semana pasada se vio afectada por este factor.

La cizalladura del viento también es mínima en esta época del año. La cizalladura del viento se refiere a los cambios en la velocidad y dirección del viento a diferentes niveles de la atmósfera. Puede destruir huracanes y tormentas tropicales. Las zonas de tormentas y chubascos provenientes de África Occidental se desplazan hacia el oeste, rumbo al Caribe, llamadas ondas tropicales. Estas pueden convertirse en tormentas si los factores atmosféricos y oceánicos cooperan.

La temporada hasta ahora y lo que está por venir

Hasta ahora se formaron 6 tormentas con nombre, dos menos de lo que suele registrarse para el 9 de septiembre según el promedio 1991-2020. La mayoría fueron de corta duración, con una excepción: el huracán Erin, que se mantuvo activo durante 10 días. Erin además fue el único huracán de la temporada hasta ahora, cuando lo habitual es que para septiembre ya se hayan formado tres.

Poco más del 50 % de la actividad de toda la temporada de huracanes ocurre después del pico del 10 de septiembre. El huracán Helene del año pasado devastó desde Florida hasta Georgia, el oeste de Carolina del Norte y el este de Tennessee a finales de septiembre, seguido inmediatamente por el huracán Milton a principios de octubre.

A finales de septiembre de 2022, la tormenta Ian, de categoría 4, provocó una catastrófica marejada ciclónica en el suroeste de Florida. Basta aclarar que aún queda mucha temporada, así que hay que seguir preparados, y de hecho los modelos anticipan una reactivación del Atlántico tropical estos próximos días.