Un entomólogo confirma la presencia de mosquitos por primera vez en Islandia: "la última fortaleza ha caído"
Por primera vez en la historia documentada, se han encontrado mosquitos en territorio islandés. El descubrimiento de tres ejemplares de Culiseta annulata marca el fin de la última frontera europea libre de estos insectos.

En una tranquila noche de octubre en el valle glacial de Kjós, cerca de Reikiavik, el entusiasta de los insectos Björn Hjaltason notó algo inusual en su jardín. Lo que inicialmente describió como una "mosca extraña" resultaría ser un descubrimiento científico de proporciones históricas: el primer mosquito salvaje documentado en Islandia. Entre el 16 y 18 de octubre de 2025, Hjaltason capturó tres ejemplares, dos hembras y un macho, mientras utilizaba cuerdas empapadas en vino destinadas a atraer polillas, según informó el medio islandés Iceland Monitor.
"Si tres mosquitos llegaron directamente a mi jardín, probablemente había más", reflexionó Björn Hjaltason tras su descubrimiento histórico. También, especuló que los insectos podrían haber arribado a través del cercano puerto industrial de Grundartangi.
El hallazgo fue confirmado por Matthías Alfreðsson, entomólogo del Instituto Islandés de Historia Natural, quien identificó los especímenes como Culiseta annulata, una especie de mosquito tolerante al frío que habita principalmente en Europa del Norte y puede encontrarse desde el norte de África hasta Siberia. Hjaltason compartió su descubrimiento en la página de Facebook "Insectos en Islandia", escribiendo con cierta ironía que "la última fortaleza ha caído", aunque reconoció que aún es temprano para saber si los insectos lograrán sobrevivir el invierno islandés.
Culiseta annulata is a striking mosquito, even more colourful than Ae. albopictus
— Mikel Alexander Gonzalez Gonzalez de Heredia (@mikel_heredia) May 23, 2024
It has unique morphological features, but can be confused with Cs. subochrea
The two species can be distinguished, among other reasons, by tergus of the abdomen@FiguerolaLab #ARBOPREVENT pic.twitter.com/ZkDYucHTNS
Hasta este octubre, Islandia compartía con la Antártida el privilegio de ser uno de los dos únicos territorios del planeta sin poblaciones de mosquitos. Ahora, el continente antártico permanece como el último refugio completamente libre de estos insectos, según reportó Yale Environment 360. Esta transformación no es meramente anecdótica: representa un cambio fundamental en la composición biológica de un ecosistema que ha permanecido estable durante milenios.
El fin de una distinción geográfica única
La especie Culiseta annulata se caracteriza por ser uno de los mosquitos más grandes, con una envergadura alar de 13 a 15 milímetros y patas distintivamente anilladas en blanco y negro. A diferencia de muchas especies de mosquitos, esta se mantiene activa durante todo el año en todas sus etapas de vida, huevos, larvas, pupas y adultos, sin entrar en diapausa, el estado de dormancia que muchos insectos adoptan durante condiciones adversas, según información del gobierno británico. Además, es la especie de mosquito más común en las islas británicas y ha sido introducida en Canadá y el norte de Estados Unidos.
Lo que resulta tranquilizador, al menos en términos de salud pública inmediata, es que Culiseta annulata no es conocida por transmitir enfermedades a los humanos, según confirmó Yale Environment 360. Sin embargo, la profesora Dina Fonseca, entomóloga y directora del Centro de Biología Vectorial de la Universidad de Rutgers, señaló a ABC News que esta especie suele depositar sus huevos en contenedores artificiales como barriles de lluvia, cubos, cisternas, macetas y neumáticos desechados, lo que facilita su expansión a nuevas áreas.
El contexto climático del hallazgo resulta imposible de ignorar, indica The Guardian. Islandia se está calentando a un ritmo cuatro veces superior al resto del hemisferio norte, impulsado por un flujo constante de aire cálido desde el sur, según determinó la red World Weather Attribution en su análisis sobre las temperaturas extremas en la región. En mayo de 2025, la isla registró su día más caluroso jamás documentado cuando el aeropuerto de Egilsstaðir alcanzó los 26,6 °C, mientras que diversas regiones experimentaron temperaturas superiores a 10 °C por encima del promedio.
El papel del calentamiento acelerado del Ártico
El análisis científico de ese evento de calor extremo concluyó que el cambio climático hizo que las temperaturas fueran aproximadamente 3 °C más altas y 40 veces más probables de lo que hubieran sido en un clima sin influencia humana. Desde 1980, Islandia ha registrado una tendencia de calentamiento de 0,47 °C por década, casi tres veces más rápida que el promedio global durante el mismo período, según datos de la Oficina Meteorológica de Islandia.
Mosquitoes have been found in Iceland for the first time after the country experienced record-breaking heat this spring.
— NewsWire (@NewsWireLK) October 22, 2025
Iceland was one of only two mosquito-free havens in the world prior to the discovery, partly due to its cold climate. The only other recorded mosquito-free pic.twitter.com/oz5nLekQxi
Este calentamiento acelerado no solo afecta las temperaturas del aire. Los glaciares islandeses, que cubren aproximadamente el 11% del territorio nacional, están experimentando un retroceso sin precedentes. El glaciar Breiðamerkurjökull, por ejemplo, ha retrocedido más de 5 kilómetros y perdido el 11,2% de su volumen desde finales del siglo XIX hasta 2010, con un retroceso anual actual de aproximadamente 96 metros y un adelgazamiento superficial de 3,5 a 6 metros por año.
La pregunta que domina el debate científico es cómo llegaron exactamente estos mosquitos a Islandia y si su presencia es resultado directo del cambio climático. Alfreðsson planteó la hipótesis de que los insectos podrían haber arribado a través de barcos o contenedores, particularmente desde el puerto industrial de Grundartangi, ubicado a solo seis kilómetros del lugar del hallazgo, según declaró a CNN. De hecho, hace varios años se descubrió un mosquito de una especie diferente en un avión en el Aeropuerto Internacional de Keflavík, aunque nunca se detectó en el ambiente natural.