Nieve en la India: el fenómeno viral que engaña a los turistas y alarma a la ciencia

En pleno desierto de Rajastán, un manto blanco atrae multitudes y likes. Parece nieve, pero es algo mucho más peligroso. Detrás de las fotos virales, científicos advierten por impactos ambientales y riesgos para la salud.

India, nieve
Lo que hoy se vende como un destino de ensueño para una foto rápida, es en realidad un monumento a la falta de previsión ambiental

En el imaginario colectivo, el estado indio de Rajastán es sinónimo de dunas doradas, camellos y un calor que roza lo insoportable. Por eso, cuando las imágenes de un horizonte puramente blanco empezaron a inundar las redes sociales, muchos creyeron estar ante un milagro meteorológico. Pero en Kishangarh, esta "nieve" no cae del cielo. Es, en realidad, el residuo de una industria que factura millones a costa del paisaje.

Se trata de un vertedero que recibe el lodo residual de unas 1.200 plantas de corte y procesamiento de mármol de la región. El material llega húmedo en camiones cisterna, se vuelca sobre el terreno y se seca bajo el sol. El agua se evapora, el polvo queda. Y el polvo, con el tiempo, parece nieve.

Lo que los influencers bautizaron como la "Tierra de la Luna" es el vertedero de mármol más grande de Asia, con una extensión de 50 km. Allí, el lodo resultante del corte de bloques de piedra se deposita en enormes extensiones que, al secarse bajo el sol abrasador, adquieren una textura polvorienta y un blanco deslumbrante. Atul Chaurasiya, un creador de contenido que visitó el lugar, logró que su video superara las seis millones de reproducciones. El problema es que, detrás del filtro de Instagram, el aire se volvió irrespirable.

Del feed de Instagram a la guardia del hospital

La fascinación por este paisaje artificial generó un fenómeno turístico sin precedentes. Hoy, el vertedero es el escenario favorito para videoclips de Bollywood y propuestas de matrimonio. La Asociación de Mármol de Kishangarh incluso instaló caminos y jardines para facilitar el acceso, cobrando tarifas por sesiones fotográficas. Pero mientras las parejas sonríen para la cámara, los científicos miden partículas en el aire que no tienen nada de romántico.

Kishangarh queda a unos 100 kilómetros al sur de Jaipur, en el estado indio de Rajastán, y concentra el mercado de mármol más grande de Asia.

Laxmi Kant Sharma, ecóloga de la Universidad Central de Rajastán, lideró un estudio que puso números a la preocupación. Los niveles de partículas finas en el aire alrededor del vertedero alcanzaron picos de 744,32 µg/m³. Para tener una referencia clara: el límite máximo de seguridad que establece la Organización Mundial de la Salud es de apenas 15 µg/m³. Esta "nieve" de mármol es, básicamente, un veneno en suspensión que los visitantes inhalan sin saberlo.

Un cóctel químico bajo la apariencia de cristales

El daño no se queda solo en los pulmones. El lodo, compuesto por partículas diminutas, actúa como una alfombra impermeable que destruye la cubierta vegetal y altera la salinidad del suelo.

contaminación
Cambiones vertiendo los residuos del mármol sobre el desierto

Las investigaciones indicaron una contaminación severa en las aguas subterráneas de la zona, con niveles de cloruro, zinc y hierro que exceden cualquier margen de seguridad. Incluso, estudios recientes en la región detectaron la presencia de asbesto natural, un carcinógeno conocido que se libera durante el procesamiento del mármol.

Para comprender el impacto del vertedero en la salud, el equipo de Sharma encuestó a comunidades cercanas, agricultores y trabajadores industriales, todos de entre 20 y 70 años. En la comunidad local, los investigadores descubrieron que más de la mitad de la población experimentaba problemas respiratorios y de garganta, mientras que casi el 40 % reportó problemas de piel y al menos una cuarta parte padecía enfermedades pulmonares.

Entre los trabajadores de la industria, las cifras son alarmantes: el 84 % padece problemas de garganta y el 70 % tiene dificultades respiratorias crónicas. La comunidad científica advirtió que, de no aplicarse políticas urgentes de gestión de residuos, Kishangarh corre el riesgo de volverse una zona tóxica e inhabitable en el corto plazo.

Lo que hoy se vende como un destino de ensueño para una foto rápida, es en realidad un monumento a la falta de previsión ambiental. Por ahora, el paisaje sigue sumando visitantes y corazones virtuales. El desafío, advierten los investigadores, pasa por decidir si este “invierno eterno” merece más promoción turística o reglas más estrictas.

Si no se controla, Kishangarh corre el riesgo de convertirse en una zona tóxica e inhabitable, con daños irreversibles para su medio ambiente, economía y salud pública. La aplicación urgente de políticas, la infraestructura de gestión de residuos y la rendición de cuentas de la industria son fundamentales para evitar una catástrofe a largo plazo.