¿Será este el futuro de las ciudades en un mundo más cálido? Ciudades subterráneas para sobrevivir al calor extremo

En un mundo donde el termómetro sigue subiendo y el calentamiento global parece imparable, muchos se preguntan cómo vamos a hacer para seguir viviendo en algunas regiones del planeta. Esta puede ser una solución.

Campo de golf
Campo de golf Coober Pedy Opal Fields, en Australia Meridional. Las temperaturas son tan elevadas todo el año, que resulta imposible mantener el césped. Por eso la vida se lleva bajo tierra.

De acuerdo con el IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático), se espera que para 2050 varias regiones del mundo como el sur de Asia, el Golfo Pérsico y el Mar Rojo serán inhabitables por las altas temperaturas en combinación con elevada humedad. Además, se prevé que partes del este de China, el sudeste asiático y Brasil también experimenten condiciones extremas a mitad de siglo.

Pero actualmente ya hay lugares que, por las temperaturas extremas, se las arreglan para vivir bajo tierra. Un ejemplo increíble es Coober Pedy, un pueblo minero perdido en el centro de Australia, con poco menos de 1800 habitantes. Allí la vida se hace casi por completo bajo la superficie, donde se puede escapar del calor infernal que en verano llega hasta los 52 °C. No es casualidad entonces que su nombre, derivado del término local aborigen kupa-piti, signifique "Agujero del hombre blanco".

Ciudad bajo tierra

Coober Pedy no es solo famoso por ser conocido como la capital mundial del ópalo debido a la cantidad de minas de este mineral que se encuentran allí, sino también porque el 60 % de su población vive en casas excavadas en la roca.

Cuando uno camina por el pueblo, lo único que se ve son montículos de tierra, tuberías de ventilación y alguna que otra entrada discreta. En invierno puede parecer extraño vivir así, pero en verano es la única forma de sobrevivir sin prender el aire acondicionado todo el día y gastar fortunas en electricidad.

De hecho, el calor es tan bestial que hasta los pájaros se caen del cielo y muchos aparatos electrónicos tienen que guardarse en la heladera para no fundirse.

Pasillo motel
Pasillo del Lookout Cave Motel de Coober Pedy, (Australia Meridional), excavado en la arenisca de esta ciudad minera, apodada la capital mundial del ópalo.

Esta forma de vida, que podría parecer rara o extrema, está ganando popularidad en otros lugares del mundo a medida que los veranos se vuelven cada vez más extremos. Por ejemplo, en China, la ciudad de Chongquing reabrió refugios antiaéreos, construidos durante la Segunda Guerra Mundial, para que la gente pudiera refugiarse del calor, no de las bombas. Incluso en otras ciudades, los restaurantes y bares bajo tierra son furor, y en Estados Unidos y Europa, las olas de calor y los incendios hacen que muchos se replanteen cómo y dónde vivir.

Con un aumento de 4 °C, el 40 % de la superficie terrestre sería inhabitable.

La idea de meterse bajo tierra para escapar de condiciones climáticas extremas no es nueva. Desde hace miles de años, distintas culturas encontraron refugio en cuevas o construcciones bajo la superficie, no solo por el calor sino también por el frío. Hay evidencias de que hasta los neandertales y nuestros ancestros más remotos se metían en cavernas para sobrevivir épocas difíciles. Incluso los chimpancés, en Senegal, usan cuevas para refrescarse del calor del día, así que no somos los únicos en buscar soluciones bajo tierra.

Derinkuyu Turkey
La antigua ciudad subterránea de Derinkuyu, Capadocia, Turquía

En Capadocia, Turquía, se encuentran varios poblados subterráneos históricos fascinantes. Estas ciudades, excavadas en roca volcánica, servían como refugios seguros y espacios de vida para comunidades enteras. Derinkuyu, la más grande, tiene 18 niveles y alcanza más de 85 metros de profundidad, mientras que Kaymaklı tiene 8 niveles, con solo 4 abiertos al público. Ninguna de ellas está habitada en la actualidad

¿Un futuro subterráneo?

Si pensamos en el futuro, con el cambio climático avanzando y muchas zonas tornándose inhabitables para mediados de siglo, es probable que surjan más ciudades que tomen el ejemplo de Coober Pedy.

Tener casas, comercios y hasta centros de reunión social bajo tierra puede ser una manera efectiva y económica de mantener temperaturas agradables sin gastar tanta energía, en una acción win-win contra el cambio climático. Además, este tipo de infraestructura puede protegernos de incendios forestales, tormentas o incluso de la contaminación ambiental.

Iglesia ortodoxa
Interior de la iglesia ortodoxa serbia subterránea de Coober Pedy (Australia)

Claro que vivir bajo tierra no es la solución mágica para todos los problemas del calentamiento global, pero sí puede ser parte de la respuesta en lugares donde el calor o el frío hacen la vida en la superficie insostenible. Con buena ventilación, planificación y creatividad, las ciudades subterráneas pueden ser una alternativa interesante para el futuro. No se trata de desaparecer del mapa ni de vivir escondidos, sino de adaptarnos para seguir adelante, cuidando el planeta y a las personas.