Sudán: trágico deslave arrasó un pueblo y dejó un saldo de más de 1000 muertos y un solo sobreviviente

En un territorio remoto de Darfur, al oeste de Sudán, un alud arrasó el poblado de Tarasin, dejando un saldo devastador. Tormentas torrenciales y la guerra convierten este desastre en un símbolo del desafío que enfrenta el planeta.

Deslave Sudan
Una secuencia de tormentas severas y lluvias torrenciales produjeron un enorme deslave que sepultó a un pueblo remoto en el oeste de Sudán. Los muertos se cuentan por cientos, aunque personas en el terreno indican que superan los 1000. Hay un solo sobreviviente muy mal herido. Hay que recordar que Sudán vive una sangrienta guerra civil desde 2023.

El pasado 31 de agosto de 2025, un deslave de enormes proporciones sepultó el poblado de Tarasin, en las montañas de Jebel Marra (Montañas Marrah), en Darfur central, al oeste de Sudán. El movimiento masivo de tierra fue provocado por días continuos de lluvias intensas y prolongadas que saturaron el terreno, lo que desestabilizó el suelo hasta desencadenar el colapso total del poblado, tal como relata The Guardian.

Un deslave brutal borró del mapa una aldea entera, matando a más de mil personas y dejando solo un sobreviviente inmóvil entre toneladas de tierra. El drama muestra que, sin alertas globales efectivas, hasta los refugios se convierten en trampas mortales.

Resulta casi inconcebible que solo una persona sobreviviera: hallada con graves heridas, en estado inconsciente tras fracturas y traumatismo craneal. BBC citó fuentes de Naciones Unidas que hablan de cientos de muertos, pero fuerzas rebeldes que operan en la zona indican que el número de muertos supera el millar. Las Montañas Marrah, un macizo volcánico de más de 3 000 metros de altura, son uno de los pocos refugios naturales en el Sahel, con clima más húmedo y vegetación relativamente densa.

Deslave Sudan Imagen satelital
La imagen satellital corresponde al pasado 31 de agosto. Allí se pueden observar núcleos de tormenta muy profundos e intensos sobre el oeste de Sudán dentro de la convergencia intertropical. Estas tormentas fueron las desencadenantes del trágico deslave en la región de Darfur.

Sin embargo, esa misma geografía que ofrece refugio también aumenta la fragilidad frente a precipitaciones extremas. La combinación de un terreno geológicamente inestable y precipitaciones inusitadamente intensas provocó el colapso catastrófico sobre el asentamiento humano. En esta época del año las lluvias se intensifican ante la presencia de la convergencia intertropical. Pero las de esta temporada están resultando mucho más graves.

Causas profundas y hallazgos científicos

La tragedia no puede analizarse sin tener en cuenta el contexto de guerra civil que asola Sudán desde abril de 2023. El conflicto entre el Ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido ha provocado la muerte de decenas de miles y el desplazamiento de millones de personas, aislando zonas como Tarasin, donde los servicios humanitarios no llegan y los rescates son casi imposibles.

El deslave de Tarasin no fue un evento aislado, sino el punto de quiebre frente a una tormenta perfecta: aumento de lluvias extremas por el cambio climático (algo muy notorio en esa zona), suelos frágiles en zonas volcánicas y una población vulnerada por la guerra. El calentamiento global intensifica episodios de precipitación concentrada, lo que incrementa el riesgo de deslizamientos de tierra en áreas montañosas.

Un estudio de 2022 destaca que el calentamiento de los suelos de arcilla también reduce la estabilidad de las laderas, lo cual implica que incluso lluvias que antes no habrían sido catastróficas, hoy pueden desencadenar desastres mortales. Además, la vulnerabilidad climática de Sudán lo posiciona entre los países más expuestos del mundo, con variabilidad extrema del ciclo hídrico, aumento de temperaturas y sequías recurrentes. Otro enfoque científico valioso señala que la recuperación ambiental, como la regeneración de la vegetación y mejora del suelo, puede ser clave para la paz y la estabilidad en regiones como Darfur.

Un sistema global de alertas que podría haber salvado miles

La zona está controlada por el Movimiento/ Ejército de Liberación de Sudán (SLM/A), un grupo rebelde que ahora solicitó ayuda urgente a la ONU y a organizaciones humanitarias tras el alud. No obstante, el acceso sigue siendo casi imposible, debido a los combates activos, limitaciones logísticas y condiciones climáticas adversas.

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Sudán y Sudán del Sur han avanzado recientemente en la implementación de sistemas de alerta temprana, como la transmisión de datos meteorológicos mediante el Common Alerting Protocol (CAP), en colaboración con la OMM y la FAO. Además, en noviembre de 2024 se realizaron talleres para mejorar la resiliencia ante desastres y fortalecer capacidades locales.

La iniciativa “Early Warnings for All” (Alertas Tempranas para Todos), promovida por la ONU y la OMM, aboga porque nadie en el mundo quede sin protección ante eventos extremos como tormentas, inundaciones o deslaves. Si este sistema hubiera estado plenamente implementado en regiones aisladas como Tarasin, es posible que se hubiera podido emitir una alerta antes del desastre, permitiendo evacuación o al menos mitigación del impacto.

Mejorar la cobertura meteorológica, geológica y comunitaria en zonas remotas, junto con protocolos de evacuación claros, podrían transformar desastres trágicos en emergencias gestionables.