Vídeo: un vendaval extremo en Kepong, Malasia, deja rachas de más de 100 km/h que arrastran a personas por las calles

Un viento súbito impactó en este barrio del norte de Kuala Lumpur, arrancando objetos y lanzando personas. El fenómeno estuvo acompañado de fuertes lluvias y granizo de gran tamaño. El vídeo recoge el momento exacto en que todo se descontrola.

La normalidad de un día cualquiera en Kepong, un popular barrio situado en el norte de Kuala Lumpur, la capital de Malasia, se vio interrumpida de forma abrupta por un vendaval espectacular.

En cuestión de segundos, ráfagas de viento de más de 100 km/h azotaron este suburbio, arrastrando personas, arrancando árboles y objetos del suelo y haciendo volar toldos y tejados.

El vídeo viral capta el momento en que los trabajadores de un restaurante luchan a duras penas por mantener el equilibrio, y cómo el fuerte viento desmantela en minutos un mercadillo local.

Personas golpeadas por objetos voladores

Los testigos han asegurado vivir momentos de angustia al ver cómo la furia del viento lograba desprender techos y varias personas resultaban afectadas por el impacto de objetos voladores.

Un fenómeno que estuvo acompañado de fuertes lluvias y granizo de gran tamaño que amplificaron el efecto destructivo y que, además, no es aislado.

En las últimas semanas, las condiciones meteorológicas en la región han mostrado patrones de inestabilidad creciente.

Por ello, el Departamento Meteorológico de Malasia ha estado emitiendo alertas por lluvias intensas y vientos fuertes para el Valle de Klang, que incluye la capital del país y sus barrios periféricos.

¿Qué hay detrás de un viento tan fuerte y repentino?

Fenómenos como este pueden obedecer al paso de líneas de frentes de racha, reventones o microvórtices intensos dentro de tormentas.

En regiones tropicales como Malasia, el calor acumulado puede generar grandes nubes de desarrollo vertical que al colapsar generan ráfagas descendentes imprevisibles. Ello origina vórtices de viento horizontales que se extienden rápidamente sobre el terreno.

En consecuencia, zonas urbanas densamente pobladas, con árboles y estructuras ligeras, resultan particularmente vulnerables.

Repensar el urbanismo y la protección

En un mundo cada vez más propenso a fenómenos extremos como este vendaval, estar preparados para afrontarlos ya no es una opción, sino una necesidad. Por eso, es importante que los poderes públicos tomen medidas que minimicen sus efectos.

  • Alerta temprana: los sistemas meteorológicos y aplicaciones móviles deben reforzar las alertas rápidas ante indicios de inestabilidad.
  • Refugios de emergencia: en zonas propensas, contar con estructuras robustas destinadas a la protección de las personas (edificios sólidos, sótanos…) puede marcar la diferencia a la hora de garantizar la seguridad.
  • Urbanismo preparado: en zonas especialmente vulnerables, es importante plantar especies arbóreas resistentes y ser escrupuloso con el mantenimiento de sus ramas. También adoptar criterios de construcción que se adapten mejor a los fenómenos meteorológicos extremos.
  • Conciencia ciudadana: la educación sobre protocolos inmediatos (alejarse de ventanas y objetos sueltos, buscar refugio) es clave para reducir los riesgos.