El duelo en el reino animal: ¿Cómo reaccionan los animales ante la muerte?

La reacción de algunos animales ante la muerte sorprende a la comunidad científica y desafía la frontera entre el instinto biológico y la emoción. ¡Aprende más sobre este tema aquí!

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Algunos animales sociales exhiben comportamientos complejos frente a la muerte, lo que desafía a la ciencia a distinguir entre instinto, emoción y proyección humana.

La forma en que los humanos afrontamos la muerte implica rituales, ceremonias y prácticas simbólicas que varían según la cultura, pero comparten la función de dar sentido a la pérdida y reforzar los vínculos sociales.

Al observar ciertos comportamientos animales ante la muerte de un miembro del grupo, es casi inevitable preguntarse si algo similar ocurre fuera de la especie humana.

Por ello, la idea de los funerales en el reino animal ha sido objeto de atención científica, lo que plantea una pregunta: ¿expresan los animales el duelo conscientemente o interpretamos sus acciones desde una perspectiva excesivamente humana?

Comportamientos que sugieren despedida

En especies altamente sociales, como los elefantes, los cetáceos y los primates, existen numerosos informes de comportamientos constantes tras la muerte de un individuo.

Los elefantes se acercan a los restos, los tocan con sus trompas y permanecen en silencio durante largos periodos, mientras que algunas madres cargan los cuerpos de sus crías muertas durante días. En ballenas y delfines se observan comportamientos similares: las hembras empujan o cargan a sus crías sin vida a la superficie del agua.

Estos episodios, descritos por la revista Discover, parecen demostrar una profunda conexión emocional y una respuesta prolongada a la pérdida, que va más allá de una reacción momentánea o un estímulo inesperado.

El papel de los vínculos sociales

Una característica común en estos ejemplos es que se dan en especies con estructuras sociales complejas y relaciones duraderas entre individuos.

En los primates, por ejemplo, la muerte de un miembro del grupo puede causar cambios visibles en el comportamiento de los miembros restantes, incluyendo una reducción de la actividad, la proximidad física y cambios en los patrones de interacción.

El luto
Entre el silencio, la cercanía y el cuidado, las reacciones de algunos animales ante la muerte desafían la idea de que el duelo pertenece sólo a los humanos.

Estas señales sugieren que la ausencia de un individuo afecta el equilibrio social del grupo, lo que podría explicar algunas de las respuestas observadas. Sin embargo, reconocer la importancia de las relaciones sociales no implica necesariamente que los animales comprendan la muerte de forma abstracta, como los humanos.

Si bien estas observaciones tienen un gran impacto emocional, muchos científicos advierten del riesgo de antropomorfismo, es decir, la tendencia a atribuir intenciones y emociones humanas a los animales.

"Las conductas funerarias pueden ser, en realidad, extensiones del cuidado social normal que persisten incluso cuando el otro individuo ya no responde", según la revista Discover.

Permanecer cerca del cuerpo o transportarlo puede reflejar confusión, apego o dificultad para procesar la ausencia de estímulos habituales, sin implicar una comprensión consciente de la muerte como un estado permanente.

Evidencia científica

Según un artículo publicado en la revista Applied Animal Behaviour Science, un grupo de científicos de la Universidad de California y la Universidad de Oxford analizó el comportamiento de ratas en presencia de los cadáveres de sus congéneres fallecidos.

Los resultados mostraron que las ratas tienden a enterrar cuerpos en avanzado estado de descomposición, pero no aquellos que han muerto recientemente. Este comportamiento resultó depender de señales químicas liberadas durante la descomposición, como la cadaverina y la putrescina, que actúan como estímulos olfativos específicos.


El estudio también demostró que la simple aplicación de estos compuestos químicos a objetos inanimados fue suficiente para desencadenar este comportamiento, mientras que las ratas privadas de olfato no mostraron esta reacción.

Estos datos indican que, al menos en este caso, el comportamiento no corresponde a un ritual simbólico o emocional, sino a una respuesta instintiva destinada a eliminar posibles fuentes de enfermedad del entorno. El parecido superficial con un "entierro" humano esconde, por lo tanto, un mecanismo biológico funcional y adaptativo.

Entre la emoción y la supervivencia

La comparación entre estos dos tipos de evidencia revela la complejidad del tema.

En algunas especies, especialmente las más desarrolladas cognitivamente, las respuestas a la muerte parecen implicar emociones reales y vínculos sociales, aunque diferentes a los de los humanos. En otros casos, el comportamiento se explica claramente por estímulos sensoriales e instintos de supervivencia.


La dificultad radica en determinar dónde termina la respuesta automática y dónde comienza la experiencia emocional subjetiva..

Por lo tanto, la ciencia actual sugiere que los animales no celebran funerales en el sentido humano del término, con intención simbólica y conciencia de la muerte, pero esto no significa que sean indiferentes a la pérdida.

Muchos muestran comportamientos consistentes con el apego, el estrés y el cambio social tras la muerte de un compañero.

Reconocer estas respuestas sin idealizarlas permite una comprensión más rigurosa y respetuosa del mundo animal, demostrando que, aunque diferentes a nosotros, otros animales también experimentan la muerte de maneras que reflejan la complejidad de sus vidas sociales.

Referencia de la noticia

"Behavioural reactions of elephants towards a dying and deceased matriarch.", Ian Douglas-Hamilton, Shivani Bhalla, George Wittemyer, Fritz Vollrath, Applied Animal Behaviour Science, Volume 100, 2006.