Se detectan por primera vez planetas naciendo en otra galaxia, la Gran Nube de Magallanes

En un descubrimiento sin precedentes, astrónomos han descubierto un disco alrededor de una estrella en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia vecina a la nuestra.

Impresión artística del sistema HH 1177. Crédito: ESO

Es la primera vez que se encuentra, fuera de nuestra galaxia, un disco de este tipo, idéntico a los que forman las estrellas, después de nacer, al empezar a formar planetas en nuestra propia galaxia.

Las observaciones muestran la presencia de una estrella masiva joven creciendo y tomando materia de su entorno para formar un disco giratorio, también conocido como disco protoplanetario, el lugar donde nacen los planetas.

La detección se realizó utilizando el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), en Chile, del Observatorio Europeo Austral (ESO). Y la investigación se ha presentado en un artículo, publicado en la revista Nature titulado "A likely Keplerian disk feeding an optically revealed massive young star".

El disco fue detectado dentro de una región conocida como LHA 120-N 180B de la Gran Nube de Magallanes, una de las dos pequeñas galaxias irregulares que se pueden observar desde el hemisferio sur terrestre ya que son satélites de la Vía Láctea,

Discos de acreción extragalácticos

Sabemos que los discos son vitales para la formación de estrellas y planetas en nuestra galaxia, y ahora, por primera vez, estamos viendo evidencias directas de este proceso en otra galaxia.

Pues este estudio continúa las observaciones realizadas con el instrumento MUSE, instalado en el Very Large Telescope (VLT) de ESO, que detectó un chorro lanzado por una estrella en formación (el sistema fue bautizado como HH 1177) en el interior de una nube de gas en la Gran Nube de Magallanes.

"Cuando vi por primera vez la evidencia de una estructura giratoria en los datos de ALMA, no podía creer que hubiéramos detectado el primer disco de acreción extragaláctico. Fue un momento especial", afirma Anna McLeod, profesora asociada de la Universidad de Durham (Reino Unido) y autora principal del estudio publicado en Nature.

Descubrimos un chorro que provenía de esta joven estrella masiva, y su presencia es una señal de la acreción continua del disco.

Declaró McLeod, pero para confirmar la presencia del disco, el equipo necesitaba medir el movimiento del denso gas que hay alrededor de la estrella.

Propiedades físicas

La materia atraída hacia una estrella en crecimiento no cae directamente sobre ella, sino que se aplana en un disco giratorio alrededor de la misma. Cuanto más cerca está del centro, el disco gira más rápido, y esta diferencia de velocidad es la prueba irrefutable que muestra a la comunidad astronómica la presencia de un disco de acreción.

Algo que sucede comúnmente es que el color de la luz cambia dependiendo de la rapidez con la que el gas que emite la luz, se acerca o se aleja de nosotros, explica Jonathan Henshaw, investigador de la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido) y coautor del estudio.

Es el mismo fenómeno que ocurre cuando el tono de la sirena de una ambulancia cambia a medida que pasa y la frecuencia del sonido va de mayor a menor. Las detalladas mediciones de frecuencia de ALMA permitieron a los autores distinguir el giro característico de un disco, confirmando la detección del primer disco alrededor de la joven estrella extragaláctica.

Estrellas y distancias

Las estrellas masivas, como la observada, se forman mucho más rápido y viven vidas mucho más cortas que las estrellas de baja masa como nuestro Sol. En nuestra galaxia, estas estrellas masivas son bastante difíciles de observar y, a menudo, están oscurecidas por el material polvoriento del que se forman cuando se genera un disco a su alrededor.

La Gran Nube de Magallanes. Crédito: Chris Willocks / Telescope.Live

Sin embargo, en la Gran Nube de Magallanes, que se encuentra a 160,000 años luz de distancia, el material del que nacen nuevas estrellas es sustancialmente diferente al de la Vía Láctea. Gracias al menor contenido de polvo, HH 1177 ya no está envuelta en su burbuja original, lo que ofrece a los astrónomos una vista sin obstáculos, aunque lejana, de la formación de estrellas y planetas.

Sin duda alguna, estamos en una era de rápidos avances tecnológicos en lo que respecta a las instalaciones astronómicas y poder estudiar cómo se forman las estrellas a distancias tan increíbles y en una galaxia diferente es muy emocionante.