Deja que caigan: 4 plantas colgantes de bajo mantenimiento que llenarán tu casa de vida

Su belleza radica en la caída natural de sus hojas. Estas plantas colgantes, resistentes y decorativas, son perfectas para quienes buscan verde en casa sin complicarse.

colgantes
Una opción decorativa que aporta dinamismo y verde en altura.

Las plantas colgantes son una de las formas más atractivas de integrar la naturaleza en espacios interiores. Sus tallos y hojas caen en cascada, aportando movimiento, frescura y un aire natural que contrasta con muebles y paredes. Además, muchas de ellas requieren cuidados sencillos, por lo que resultan ideales tanto para expertos en jardinería como para quienes recién comienzan.

Entre las favoritas destacan especies que no solo son bellas, sino también resistentes: Senecio rowleyanus, con su particular forma de “perlas verdes”; Ceropegia woodii, conocida como “collar de corazones”; Dischidia nummularia, con delicadas hojas redondeadas; y Hoya linearis, que sorprende por su elegancia.

Senecio rowleyanus

El Senecio rowleyanus es uno de los colgantes más llamativos y exóticos. Sus hojas, que parecen pequeñas esferas verdes, forman largas hebras que recuerdan a un collar de perlas.

senecio
Perlitas que almacenan agua y cuelgan en cascada, ideal para maceteros altos.

Se trata de una suculenta nativa de Sudáfrica, que aprovecha al máximo su follaje para almacenar agua, lo que lo hace especialmente resistente a la falta de riego. En interiores se luce en estantes altos, repisas o maceteros colgantes, desde donde puede extenderse como una verdadera cortina verde.

Pese a su apariencia delicada, es una planta de fácil cuidado siempre que se le brinde un sustrato muy drenante y se eviten los riegos excesivos. Le encanta la luz brillante indirecta y no tolera demasiada sombra. Su éxito como planta ornamental radica en lo inusual de su forma: no hay visitante que no repare en sus perlitas verdes que cuelgan y crecen hasta un metro o más de longitud.

Ceropegia woodii

Pocas plantas conquistan tanto como la Ceropegia woodii, también llamada collar de corazones. Sus hojas en forma de corazón, adornadas con vetas plateadas sobre un verde profundo, hacen que luzca romántica y encantadora. Sus tallos delgados pueden alcanzar varios metros de caída, lo que la convierte en una de las favoritas para macetas altas o colgantes.

woodii
Minimalista y decorativa: alterna periodos de secado y evita sol directo fuerte para mantener colores intensos.

Además, con la luz adecuada puede regalar pequeñas flores tubulares de tonos púrpuras, discretas pero elegantes. No exige grandes cuidados, lo que la hace muy popular en interiores. Prefiere la luz brillante, pero no directa y agradece que se deje secar la tierra entre riegos, lo que la vuelve ideal para quienes temen excederse con el agua. Su resistencia, combinada con su delicadeza estética, la convierte en la planta perfecta para quienes buscan un colgante duradero y lleno de encanto.

Dischidia nummularia

Menos conocida que otras colgantes, la Dischidia nummularia tiene un atractivo especial. Sus hojas redondeadas, parecidas a pequeñas monedas verdes, crecen en tallos que se extienden suavemente, creando un efecto discreto pero muy decorativo.

hojas de moneda
Epífita de hojas redondas como monedas; prospera con luz tamizada, humedad moderada y sustrato muy aireado.

En la naturaleza es una especie epífita, es decir, crece sobre árboles sin dañarlos, lo que le da una gran capacidad de adaptación en interiores. Se desarrolla bien con luz tamizada y algo de humedad ambiental, lo que la hace perfecta para baños iluminados o rincones cálidos de la casa.

No es exigente en riegos, basta con mantener el sustrato ligeramente húmedo. Su encanto está en su sencillez: una planta elegante, resistente y capaz de dar un aire delicado a cualquier espacio sin requerir grandes atenciones.

Hoya linearis

La Hoya linearis es una de las hoyas menos comunes, pero no por eso menos impactante. Sus hojas alargadas y delgadas, dispuestas en tallos flexibles, caen formando cascadas verdes que llenan de movimiento los espacios.

hoya linearis
Cuando está cómoda regala flores blancas perfumadas; no la muevas en brotación para asegurar la floración.

Es una planta originaria de Asia y, como muchas hoyas, puede producir flores blancas en forma de estrella, muy fragantes, que se convierten en el broche de oro de su belleza.

En cuanto a sus cuidados, agradece la luz brillante filtrada, un sustrato aireado y un ambiente cálido. Sus riegos deben ser moderados, dejando que la superficie del sustrato se seque entre cada aporte de agua. Su elegancia radica en la simplicidad de sus formas, que combinan bien con estilos decorativos modernos y minimalistas, aportando un toque natural y sofisticado.