Migraciones climáticas: cada minuto huyen 60 personas, y las mujeres sufren más que nunca
No solo huyen de la sequía o las inundaciones. Cada minuto, 60 vidas cambian radicalmente. El clima lo altera todo, excepto la violencia contra las mujeres.

Un minuto. Eso es lo que toma leer estas pocas líneas. En ese breve instante, 60 personas huyen. No por un conflicto armado ni una crisis económica, sino por el clima. Un ciclón arrasó una casa, una inundación arrasó una aldea, una sequía obligó a una familia al exilio...
En este contexto, "Le Grand Déplacement : l’exode climatique" de Shérazade Zaiter, publicado en 2024, levanta el velo sobre una realidad aún poco visible: las mujeres, ya debilitadas por las desigualdades estructurales, son las grandes olvidadas de las respuestas internacionales a la crisis climática.
Ellas caen primero...
No, la Tierra no está atacando a las mujeres. Pero los desastres climáticos sí matan a más mujeres que hombres, e incluso a jóvenes. Un riguroso estudio realizado por Éric Neumayer y Thomas Plümper sobre más de 200 desastres en 141 países (1981-2002) lo demostró. Este exceso de mortalidad se explica por una cascada de vulnerabilidades sociales.
¿Por qué? Porque los hombres suelen saber nadar, trepar y escapar. Las mujeres, en cambio, se quedan. Buscan primero a sus hijos. Cuando azota un ciclón, no huyen de inmediato. Cuando una aldea queda sumergida, se quedan para ayudar a los ancianos. Como las normas sociales no les han permitido aprender a sobrevivir a tales impactos, a veces ni siquiera se les permite huir sin el permiso de un hombre.
Estas disparidades no son inevitables biológicamente. Son resultado de desigualdades sociales: acceso limitado a la educación, la carga de las tareas domésticas y limitaciones culturales.
Rutas migratorias plagadas de sufrimiento
Y después de la catástrofe, huir nunca es fácil. Pero huir siendo mujer suele suponer entrar en una espiral de violencia extrema.
En noviembre de 2024, un informe conjunto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Centro de Migraciones Mixtas (MMC) reveló que el 90 % de las mujeres migrantes que emprenden la ruta central del Mediterráneo son víctimas de violaciones. A menudo de forma repetida. Sus cuerpos se convierten en moneda de cambio a cambio de una travesía, una comida, un poco de agua.
Esta violencia sistemática tiene sus raíces en zonas conocidas: Libia, Níger, Sudán, Malí, Sáhara. Allí, las mujeres son encadenadas, golpeadas, electrocutadas, recluidas en campamentos insalubres o casadas a la fuerza con sus verdugos. Algunas quedan embarazadas como consecuencia de estas violaciones, que se utilizan como "justificante humanitario" para intentar llegar a las costas europeas.
Las heroínas en la sombra
Esta violencia no es una anomalía. Es la consecuencia directa de sistemas que toleran la impunidad. En Oslo, durante la entrega del Premio Nobel de la Paz en 2018, el doctor Denis Mukwege lo expresó con contundencia:
Él, que ha tratado a miles de mujeres mutiladas en el este de la República Democrática del Congo, recuerda que estos crímenes prosperan cuando reina el silencio.
Muchas son como Sarah, una sobreviviente de violación en grupo en la República Democrática del Congo, que ha decidido dedicar su vida a ayudar a otras mujeres desamparadas. Su historia encarna la resiliencia de las mujeres que se enfrentan a lo impensable.
En el África subsahariana, el 71 % de las mujeres son responsables de la recolección de agua, a pesar de los riesgos, según la OMS y UNICEF. También son ellas quienes reforestan, adaptan la agricultura y transmiten conocimientos. Ellas cargan con el mundo, a pesar de ser las más expuestas.
Existen soluciones, pero deben ser justas
Están surgiendo iniciativas internacionales, como Mujeres y Resiliencia Climática, apoyada por la ONU. En la COP27, las mujeres líderes exigieron que la igualdad de género sea un elemento central de las políticas climáticas.
Que las mujeres dejen de ser las víctimas invisibles de la emergencia climática, sino que se conviertan en los pilares reconocidos de su solución.
Referencia de la noticia:
The Conversation. (2025, 11 juin). Pourquoi les femmes souffrent davantage des catastrophes naturelles et des migrations.