En Marte hubo abundantes lluvias y nevadas: alimentaron ríos que formaron cañones y valles
Los cañones y valles marcianos, tan similares a los de la Tierra, se formaron por la erosión de ríos alimentados por la lluvia y la nieve, más que por el derretimiento de los casquetes polares. Un estudio reciente lo revela.

En el planeta Marte, a lo largo de milenios, el agua ha dejado rastros inequívocos de su presencia pasada. La superficie marciana es rica en vastas redes de cañones y canales, hoy secos, que se ramifican desde las tierras altas marcianas, todos ellos excavados por el agua fluyente durante un largo proceso de erosión y que conducen a lagos e incluso, tal vez, a un océano.
El período Naochiano es una fase en la vida del planeta caracterizada por una alta frecuencia de impactos de meteoritos y asteroides y la posible presencia de abundante agua en la superficie marciana.
El rover Perseverance de la NASA está explorando actualmente la cuenca de un cráter, el cráter Jezero, que fue el sitio de un antiguo río Noéico que depositó grandes cantidades de escombros, formando un delta similar a los que se producen en la Tierra.
El misterio sigue siendo por qué Marte fue un planeta cálido y húmedo sólo durante un tiempo relativamente corto (miles o millones de años), así como el origen del agua que erosionó su superficie.
Dos escenarios opuestos para el planeta rojo
Si bien la presencia de agua es evidente, su origen sigue siendo un misterio. Según algunos investigadores, hubo épocas en que Marte era cálido y húmedo, caracterizado por abundantes lluvias y nevadas que moldearon su suelo.
Nuevos elementos para la solución (aún no definitiva) de este misterio provienen de la investigación realizada por un equipo de geólogos de la Universidad de Boulder en Colorado (EE.UU.).
Los resultados fueron presentados en el Journal of Geophysical Research: Planets en un artículo dirigido por Amanda Steckel.
Las simulaciones por computadora favorecen la lluvia y la nieve
Los investigadores utilizaron un software desarrollado para estudiar la corteza terrestre y lo adaptaron al suelo marciano. Este software simula, o si lo prefieres, modela, una pequeña porción de la superficie marciana cerca del ecuador.
El grupo de investigación consideró dos escenarios diferentes. En un primer escenario, consideró el efecto que produce sobre el suelo el agua proveniente de posibles lluvias y nevadas. En un segundo escenario consideró el efecto de erosión del suelo producido por el agua de deshielo de los casquetes polares.

En ambos escenarios simulados, los investigadores dejaron que el agua fluyera durante decenas o cientos de miles de años. La conformación del terreno modelada por el flujo de agua fue comparada con la real observada hoy tanto por las sondas espaciales Mars Global Surveyor y Mars Odyssey como por los rovers marcianos.
Las dos simulaciones produjeron resultados muy diferentes
Las dos simulaciones produjeron resultados muy diferentes, veamos cuáles.
Erosión por el derretimiento de los glaciares
En el caso del derretimiento de los glaciares, las fuentes de agua que posteriormente excavaron los valles a lo largo de miles de años, según las simulaciones, se formaron solo en grandes altitudes, precisamente a lo largo del borde de antiguos glaciares de gran altitud.
Erosión por agua de lluvia y nieve
En el caso de las aguas provenientes de la lluvia o la nieve, al estar éstas mucho más distribuidas en todas las altitudes, las fuentes se forman en un rango más amplio de altitudes, desde niveles inferiores a la altitud media hasta los 3.300 metros sobre el nivel del mar.
El propio Stekel afirma: "El agua de las capas de hielo solo comienza a formar valles alrededor de una estrecha franja de altitud. Mientras que, si la precipitación está distribuida, los valles pueden formarse en cualquier lugar".
Los resultados de las simulaciones dicen que la conformación actual del suelo marciano se reproduce más fielmente si asumimos la presencia de lluvia cuya agua ha erosionado el suelo marciano durante milenios.

Todavía no está claro cómo Marte logró mantener una temperatura lo suficientemente alta como para tener un ciclo del agua similar al de la Tierra.
La hipótesis más aceptada es la de un potente efecto invernadero procedente de la atmósfera marciana primordial. De hecho, una vez que dejó de llover en Marte, su superficie permaneció cristalizada durante los siguientes 3 mil millones de años, exactamente como la vemos hoy.
Referencias de la noticia
“Landscape Evolution Models of Incision on Mars: Implications for the Ancient Climate” A. V. Steckel et al. JGR Planets, 2024