La NASA utiliza una IA innovadora para predecir tormentas solares: así funciona su nuevo modelo
Las nuevas investigaciones revelan que la orientación de la eyección solar y las condiciones del viento solar juegan un papel clave. Además, los avances en IA y observaciones espaciales prometen mejorar las alertas ante futuras tormentas que amenazan nuestras tecnologías.

El 23 de abril de 2023, una tormenta solar de inusual intensidad golpeó la Tierra, sorprendiendo a científicos y generando auroras visibles tan al sur como Texas, en Estados Unidos. Lo más desconcertante fue que, dos días antes, el Sol había emitido una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) que no parecía especialmente peligrosa.
Los pronósticos iniciales eran tranquilizadores. La erupción solar que precedió a la CME fue débil y la nube de partículas no era particularmente rápida ni densa. Todo indicaba que la tormenta geomagnética sería leve. Sin embargo, cuando llegó a la Tierra, el impacto fue severo. ¿Qué salió mal en las predicciones?
La clave estaba en la orientación
Una reciente investigación publicada en The Astrophysical Journal el 31 de marzo de 2025 ofrece una posible explicación. Un equipo liderado por Evangelos Paouris, del Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins, analizó datos recolectados por cinco sondas espaciales distribuidas por el sistema solar interior.

El estudio identificó un gran agujero coronal cerca del lugar donde se originó la CME. Estos agujeros permiten que el viento solar escape a mayor velocidad de lo normal. El viento actuó como una corriente de aire que desvió la CME de su trayectoria y la acercó directamente al plano orbital de la Tierra. Además, esta desviación vino acompañada de una rotación que orientó su campo magnético en dirección opuesta al de nuestro planeta.
Este alineamiento desfavorable permitió que grandes cantidades de energía solar se introdujeran en el entorno terrestre, intensificando la tormenta geomagnética más allá de lo esperado.
Una atmósfera que se enfría tras la tormenta
La misión GOLD de la NASA también detectó consecuencias inusuales en la atmósfera superior de la Tierra. GOLD monitoreó la termosfera media —a unos 140 a 200 km de altura— antes, durante y después de la tormenta. Aunque durante el evento las temperaturas aumentaron, tras su paso descendieron entre 32 y 93 °C.
Este enfriamiento, documentado por primera vez por el científico Xuguang Cai de la Universidad de Colorado, tiene importantes implicancias. Al reducirse la densidad de la atmósfera superior, los satélites y desechos espaciales encuentran menor resistencia, lo que puede prolongar su permanencia en órbita y aumentar el riesgo de colisiones.
Inteligencia artificial para anticiparse al Sol
Para mejorar la predicción de futuras tormentas, los científicos están recurriendo al aprendizaje automático. Un modelo llamado GeoCME, entrenado con datos del satélite SOHO de NASA/ESA, logró predecir con alta precisión qué eyecciones solares producirían tormentas geomagnéticas.
A full-halo CME, associated with an M1 (R1-Minor) flare, was observed on 21 April. The CME is likely to cause G1 (Minor) to G2 (Moderate) geomagnetic storming beginning late on 23 April to 24 April (UTC). pic.twitter.com/kzuE6dhQXD
— NOAA Space Weather Prediction Center (@NWSSWPC) April 22, 2023
En pruebas recientes, GeoCME acertó en los 21 casos donde las CME fueron efectivamente geoefectivas, y falló solo en dos de los siete casos en que no lo fueron. Estos resultados son prometedores para desarrollar alertas más confiables que protejan satélites, redes eléctricas y sistemas de navegación.
Un centinela solar más cercano
Otra lección provino de la tormenta solar extrema de mayo de 2024, la más intensa en más de dos décadas. Por una coincidencia orbital, la sonda STEREO-A de la NASA se encontraba entre el Sol y la Tierra, cuatro millones de millas más cerca que el tradicional punto de observación en Lagrange 1 (L1).

Un estudio publicado en Space Weather demostró que, si STEREO-A hubiera sido utilizada como punto de alerta, habría podido anticipar la intensidad de la tormenta con más de dos horas de antelación respecto a los sistemas actuales.
“Jamás habíamos observado una supertormenta tan de cerca”, señaló Eva Weiler, autora del artículo y experta en meteorología espacial. Esta observación abre la puerta a ubicar futuras misiones en posiciones más estratégicas para maximizar el tiempo de respuesta ante eventos solares extremos.
Un desafío en expansión
La tormenta solar de abril de 2023 demostró que, pese a los avances, aún hay muchas variables poco comprendidas sobre el comportamiento del Sol. La orientación de las CME, las condiciones del viento solar y las reacciones de la atmósfera terrestre son piezas clave de un rompecabezas en constante evolución.
Los científicos redoblan esfuerzos para mejorar las herramientas de predicción. El objetivo es claro: anticiparse mejor, minimizar daños y proteger la infraestructura crítica que sustenta la vida moderna en la Tierra.
Referencias de la noticia:
Evangelos Paouris et al, How the CME on 2023 April 21 Triggered the First Severe Geomagnetic Storm of Solar Cycle 25, The Astrophysical Journal (2025). DOI: 10.3847/1538-4357/adb8d3
Xuguang Cai et al, Concurrent GOLD and SABER Observations of Thermosphere Composition and Temperature Responses to the April 23–24, 2023 Geomagnetic Storm, Journal of Geophysical Research: Space Physics (2025). DOI: 10.1029/2025JA033912
Khalid A. Alobaid et al, Prediction of Geoeffective CMEs Using SOHO Images and Deep Learning, Solar Physics (2024). DOI: 10.1007/s11207-024-02385-w
E. Weiler et al, First Observations of a Geomagnetic Superstorm With a Sub‐L1 Monitor, Space Weather (2025). DOI: 10.1029/2024SW004260