Las pinturas de Venecia de Canaletto y Bellotto como indicador climático

El análisis de las precisas pinturas de Venecia de Canaletto y Bellotto permiten detectar lo que ha subido el nivel de la laguna desde el siglo XVIII hasta la actualidad.

El Gran Canal
El Gran Canal desde San Vio, Venecia (c. 1723-1724). Canaletto. © Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Uno de los impactos del calentamiento global es la inexorable subida del nivel del mar, mayor o menor en función de los distintos escenarios climáticos que plantea el IPCC. Y una de las ciudades del mundo que siempre está en el punto de mira (con el agua al cuello, podríamos decir) cuando se piensa en esa amenaza es Venecia, debido principalmente a su singularidad, ya que está situada en una laguna salobre, conectada con el mar Adriático.

Los habitantes de Venecia han convivido con el agua desde los orígenes de la ciudad. En el siglo V se instalaron los primeros pobladores en algunas de las islas pantanosas de la laguna, si bien no fue hasta el siglo IX cuando se fundó el núcleo urbano principal, que con el paso de los siglos se convirtió en una de las ciudades europeas más importantes de Europa a nivel comercial, ejerciendo también una importante influencia en el mundo artístico. En la actualidad es la ciudad más visitada de Italia y una de las más turísticas del mundo.

Postales pictóricas de Venecia

Venecia es de esos lugares del mundo que nos resulta familiar aunque no hayamos estado allí. El cine nos ha transportado a la ciudad de los canales en infinidad de películas, lo mismo que la Mostra (festival internacional del cine) de cine que se celebra allí cada año o su famoso carnaval. Al imaginario colectivo que se tiene de Venecia también han contribuido las pinturas de Canaletto (1697-1768) y su sobrino y discípulo Bernardo Belloto (1721-1780), elaboradas en el siglo XVIII.

La entrada al Gran Canal
La entrada al Gran Canal, Venecia (c. 1730). Canaletto © Museum of Fine Arts, Houston

Ambos artistas fueron los principales artífices del vedutismo, que dentro del paisajismo es un género que surgió en Italia en el Settecento, en el que se pintan escenas urbanas en perspectiva, en un formato panorámico y con un gran nivel de detalle, lo que nos permiten viajar en el tiempo hasta la época en que están datadas esas obras y comprobar los cambios (algunos muy sutiles) que han tenido lugar en esos lugares: el antes y el ahora.

Se trata de un ejercicio parecido al que hacemos cuando comparamos la imagen de un lugar de una ciudad en una fotografía o postal antigua con una tomada desde el mismo sitio o uno próximo en la actualidad. Canaletto y Bellotto (quien también se hacía llamar como su tío) pintaron decenas de vistas de Venecia, muy precisas, en las que la mayoría de los edificios (palacios, iglesias…) que aparecen en ellas siguen en pie, apoyados en pilotes de madera que descansan sobre el fondo de la laguna.

Una original investigación científica

El nivel de la laguna de Venecia, y en consecuencia de los 160 canales que hay en la ciudad, varía por los cambios periódicos que experimenta el nivel del agua, tanto por efecto del viento como por las mareas. Son conocidas desde antaño los episodios de acqua alta, cuando la subida supera los 90 cm y se inundan muchas zonas peatonales de la ciudad, entre ellas la famosa plaza de San Marcos.

Al margen de esas variaciones, desde que en 1872 se empezaron a tomar las primeras medidas del nivel del agua en Venecia, los registros comenzaron a marcar una tendencia al alza, acentuada en las últimas décadas, lo que hizo aumentar la preocupación por el futuro de la ciudad.

Se empezó a estudiar a fondo el asunto y también se empezaron a proponer soluciones técnicas (de ingeniería) que pudieran contrarrestar el impacto creciente de la subida de las aguas.

Marca de las algas
Detalle de las marcas de las algas en un embarcadero de Venecia, tomado del cuadro El Gran Canal entre el Palacio Bembo y el Palacio Vendramin (c. 1735) Canaletto. © The Holburne Museum.

El principal especialista en las variaciones del nivel de la laguna de Venecia es el físico italiano Darío Camuffo, principal impulsor del proyecto de rescate de la ciudad iniciado en los años 90 por el CNR (Consejo Nacional de Investigaciones, en Italia, equivalente al CSIC en España), y quiso saber si la evolución observada desde que hay registros se podía remontar más atrás en el tiempo, para lo cual recurrió al análisis de las pinturas de Canaletto y Bellotto.

Junto a su colega Giovanni Stutaro, publicó en junio 2003 un sugerente estudio en la revista Climate Change (Vol. 58, pp. 333-343), titulado: Sixty-cm submersion of Venice discovered thanks to Canaletto's Paintings, para el que seleccionaron alrededor de 60 pinturas de Venecia, tanto de Canaletto como de su sobrino Bellotto, y comprobaron dónde pintaron ambos las marcas de las algas en algunos de los palacios y embarcaderos. Dicha información la cruzaron con la posición que ocupaban las algas a principios de siglo (cuando llevaron a cabo la investigación).

Tal y como reza el título del artículo, desde mediados del siglo XVIII hasta nuestros días, Venecia se ha hundido 60 cm, o, de forma equivalente, el nivel de la laguna ha subido en esa misma cuantía. Las variaciones en el nivel del agua no se pueden achacar a una sola causa. Hay una componente antrópica, tanto por la singular estructura de pilotes de madera en que se apoyan los edificios venecianos, como por la contribución al calentamiento global, conectado directamente a la subida del nivel del mar experimentada en el Mediterráneo.

Camuffo y Stutaro planteaban en su artículo (publicado ya hace más de 20 años) que en un escenario futuro prudente la tasa de aumento del nivel de la laguna de Venecia quedaría comprendido entre 0,4 mm/año y 2,3 mm/año. A la vista de la evolución observada en los últimos años, con un Mediterráneo con frecuencia afectado por olas de calor marinas de gran magnitud y persistencia, sus proyecciones se han quedado cortas.