3I/ATLAS: ¿cometa interestelar o nave espacial alienígena? ¿Qué ha estimulado la imaginación sobre este objeto?
¿Cometa o nave espacial alienígena? Las peculiaridades del 3I/ATLAS relacionadas con su naturaleza interestelar han dado pie a la imaginación de quienes creen que se trata de una nave espacial alienígena que se dirige hacia los planetas más cercanos a nosotros.

A medida que pasan las semanas, leemos cada vez más, en círculos no científicos, sobre cómo el recientemente descubierto cometa 3I/ATLAS podría no ser un cometa interestelar sino en realidad un artefacto tecnológico, es decir, una nave espacial extraterrestre.
Veamos qué se sabe hasta la fecha sobre este objeto y qué ha llevado a especular sobre su posible naturaleza extraterrestre.
El descubrimiento
Este objeto fue detectado por primera vez el 10 de julio de este año por ATLAS, el Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System, cuyo objetivo es buscar asteroides que podrían ser potencialmente peligrosos para la Tierra.
Desde el 2 de julio, con el comunicado oficial en el que se afirmaba que se trataba del tercer objeto interestelar (3I) que había entrado en el sistema solar, no se cuentan los telescopios utilizados ni las horas de observación realizadas para comprender su naturaleza.
Sabemos que es un cometa con núcleo, coma y cola. Es muy antiguo, con más de 7 mil millones de años, y se originó en las regiones centrales de la Galaxia. Su naturaleza interestelar explica muchas de sus peculiaridades que han dado lugar a especulaciones sobre su posible naturaleza extraterrestre.

Las observaciones del James Webb han revelado la presencia de dióxido de carbono y agua (además de monóxido de carbono, hielo y polvo) en la cola del cometa. Parece ser el único objeto interestelar con una proporción tan elevada de CO2 y agua. Su tamaño es incierto, oscilando entre 0,3 y 5,6 km. Podría ser el cometa más antiguo jamás observado, incluso miles de millones de años más antiguo que nuestro sistema solar.
La órbita
La órbita de 3I/ATLAS se encuentra en un plano casi coincidente (con una diferencia de sólo 5 grados) con el plano orbital de los planetas del sistema solar.
La probabilidad de que un objeto externo entre en el sistema solar con ese ángulo es muy baja, estimada en torno al 0,2 %. Sin embargo, es perfectamente compatible con un objeto originado en el disco de nuestra galaxia.
Esta coplanaridad permite al cometa desplazarse entre los planetas. De hecho, su órbita le permite acercarse especialmente a Marte, Júpiter y Venus. Incluso en este caso, la probabilidad de acercarse a los tres es muy baja: 0,005 %.
Se mueve dentro del sistema solar en dirección opuesta (movimiento retrógrado) a la de los demás planetas y con una excentricidad muy alta, mayor de 6, lo que lo convierte en el objeto con mayor excentricidad jamás medido hasta la fecha.
Su excentricidad y alta velocidad, de unos 60 km/s (debido a numerosas fuerzas gravitacionales durante su vida), han revelado la naturaleza interestelar de 3I/ATLAS. Entró en el sistema solar, pero, una vez que lo haya cruzado, lo abandonará, ya que el Sol no puede capturarlo gravitacionalmente.

Mientras que los cometas que se mueven hacia el Sol exhiben, además de la aceleración gravitacional, un componente no gravitacional de aceleración debido a la actividad de desgasificación, 3I/ATLAS parece exhibir solo aceleración gravitacional.
La composición
A diferencia de todos los cometas del Sistema Solar, 3I/ATLAS presenta una gran abundancia de níquel, pero ningún rastro de hierro. En cambio, en cometas y asteroides, el níquel y el hierro siempre están aleados.
Iluminado por la luz solar, 3I/ATLAS la refleja de forma especialmente homogénea, como si su superficie fuera especialmente lisa.
¿Cuales son las conclusiones?
Para los astrónomos, 3I/ATLAS se comporta como un cometa. Algunas dudas sobre sus características físicas se deben a la falta de información adicional que se recopilará en los próximos meses. Otras peculiaridades, como su órbita, composición química y reflectividad, se relacionan con su naturaleza interestelar, lo que significa que se formó en otro sistema planetario con características diferentes a las nuestras.
La misma órbita es perfectamente compatible (aunque con baja probabilidad) con un objeto expulsado de otro sistema planetario dentro del disco de la Galaxia, que también es bastante coplanar con el plano orbital de nuestros planetas.
Para otros, todas las peculiaridades encontradas en 3I/ATLAS “gritan” su naturaleza de nave extraterrestre cuya órbita no está dirigida aleatoriamente sino deliberadamente hacia un encuentro con planetas como Venus, Marte y la Tierra, cuya composición química y reflectividad uniforme revelan una forma y superficie lisa similar a la de una nave espacial, y cuya emisión iónica y falta de aceleración no gravitacional revelan un objeto cuyo movimiento está controlado tecnológicamente.