Qué es una estrella fugaz y en qué se diferencia de un meteorito
Popularmente llamamos "estrellas fugaces" a los meteoros, esas luces brillantes que cruzan el cielo. Científicamente, la distinción es crucial. Un meteorito es la roca que sobrevive a la atmósfera a diferencia del meteoro que se desintegra.

A las rocas que viajan por el espacio esperando que la gravedad de algún planeta las atraiga hacia su destino, usualmente les llamamos meteoroides, pueden ser tan diminutas como un grano de polvo o tan grandes como un pequeño asteroide.
Éstos nacen de fragmentos desprendidos de cuerpos celestes más grandes ya sea de cometas o de pequeños trozos de asteroides, e incluso algunos se originan en la Luna o Marte. Su composición varía: pueden ser rocosos, metálicos o una mezcla de ambos.
Cuando un meteoroide entra en la atmósfera terrestre, la fricción con el aire lo calienta y lo hace brillar, es en ese instante cuando se convierte en meteoro. Esa luz fugaz que vemos cruzar el cielo y que popularmente llamamos "estrella fugaz", aunque no tenga nada que ver con estrellas.
Cada día, la Tierra recibe cerca de 48.5 toneladas de material meteórico. La mayoría se desintegra en la atmósfera sin dejar rastro. Si el meteoro brilla más que Venus, se le llama "bola de fuego", un fenómeno espectacular que puede iluminar el cielo nocturno por varios segundos.

La clave está en el lugar: el meteoroide está en el espacio, el meteoro brilla en la atmósfera y aunque lo hace brevemente, su aparición nos conecta con el Universo y despierta la curiosidad por lo que hay más allá.
El rastro de los cometas
En noches despejadas puedes ver algunos meteoros por hora, pero durante una lluvia de meteoros, la cantidad aumenta notablemente. Estos eventos ocurren cada año cuando la Tierra atraviesa zonas con muchos fragmentos o restos espaciales, principalmente de cometas.
Lo anterior significa que las lluvias de meteoros suceden cuando nuestro planeta cruza el rastro de polvo dejado por cometas y ocasionalmente por asteroides. Aunque parezcan espectaculares, la mayoría de estos fragmentos tienen el tamaño de un grano de arena o un fríjol.
Estas lluvias reciben su nombre de la constelación cercana al punto donde parecen originarse (llamado radiante). Las más famosas son las Perseidas, que alcanzan su pico alrededor del 12 de agosto, donde cada meteoro proviene del cometa Swift-Tuttle, un visitante habitual del sistema solar.
Además de las Perseidas, hay otras lluvias destacadas como las Oriónidas y Eta Acuáridas, relacionadas con el cometa Halley; las Leónidas, por su parte, provienen del cometa Tempel-Tuttle. Como vemos, cada una ofrece un espectáculo único que convierte al cielo nocturno en un escenario estelar.
El sobreviviente
Un meteorito es una roca espacial que logra atravesar la atmósfera sin desintegrarse por completo, aunque la mayoría se vaporiza, una pequeña fracción (menos del 5 %), sobrevive y llega al suelo:
Suelen tener tamaños que van desde un chicharito hasta el de un puño y una superficie que muestra una capa quemada llamada "corteza de fusión", formada por el calor extremo al atravesar la atmósfera, la cual es clave para identificarlos entre otras rocas terrestres.

Aunque muchos provienen de antiguos asteroides, no es común encontrarlos tras una lluvia de estrellas, esto se debe a que los fragmentos dejados por cometas son muy frágiles y se desintegran antes de tocar el suelo. Así que no esperes recoger uno tras cada evento.
Los meteoritos son tesoros científicos, pues contienen pistas sobre la formación de los planetas y la historia del sistema solar, al analizarlos, los científicos descubren su edad, composición y los impactos que sufrieron. Son como cápsulas del tiempo que nos conectan con el origen del universo.
Capturando la magia
¿Te inspiran estas “estrellas”? ¡Entonces intenta capturar una lluvia de meteoros con tu cámara! Necesitarás paciencia y algo de suerte, ya que los meteoros aparecen sin aviso. Lo ideal es usar una cámara DSLR o mirrorless con controles manuales y un trípode firme para exposiciones largas.
Para tener éxito, aléjate de las luces de la ciudad y busca cielos oscuros:
- Usa un lente gran angular para abarcar más cielo y aumentar tus posibilidades.
- Enfoca manualmente al infinito y realiza pruebas hasta que las estrellas se vean nítidas, no como manchas borrosas.
Para evitar que las estrellas salgan movidas en exposiciones largas, aplica la "Regla del 500", divide 500 entre la distancia focal de tu lente en milímetros. El resultado indica cuántos segundos puedes mantener el obturador abierto sin que las estrellas se conviertan en líneas.
Con todo listo, lo más importante es disfrutar y recordar que las mejores horas para ver meteoros son después de la medianoche y antes del amanecer. Lleva tu cámara, una manta y una silla cómoda. ¡Quizás captures una imagen estelar que te haga sentir parte del cosmos!