¿Por qué el sonido del agua y las campanas de viento pueden calmarnos en momentos de estrés?

El ruido de la ciudad, una obra en la casa de al lado o el timbre constante del teléfono en la oficina vecina pueden ser muy estresantes. Escuchar sonidos de la naturaleza puede ayudarnos a relajarnos.

El color azul verdoso por sí solo puede tranquilizarnos.
Anna Poth
Anna Poth Meteored Alemania 4 min

Varios estudios realizados en Europa y Estados Unidos demuestran que nuestros niveles de cortisol disminuyen en cuanto nos acercamos a una masa de agua, el mar o un río.

El agua aporta calma a nuestro organismo.

El sonido del agua fluyendo nos ayuda a relajarnos. Desde una perspectiva biológica y psicológica, existen varias explicaciones para este efecto.

Para todos los seres vivos, el agua es la fuente más importante de vida. Necesitamos agua en todos los aspectos de la vida. La vida en la Tierra se originó únicamente a través del agua. El agua asegura nuestra supervivencia.

Los asentamientos de nuestros antepasados y las poblaciones indígenas de nuestro planeta se ubicaron, y aún se ubican, a lo largo de ríos y costas. Por lo tanto, estas influencias tempranas podrían haberse arraigado en nuestro subconsciente desde una etapa temprana.

Los efectos psicológicos son definitivamente positivos

El agua fluyendo o corriendo también puede tener efectos positivos desde una perspectiva psicológica. El sonido recurrente ayuda a nuestro cerebro a relajarse y encontrar paz. Mirar el agua también nos ayuda a volver al presente y a dejar atrás el estrés.

Pasar tiempo en la naturaleza también nos ayuda a reducir el estrés.

El color azul verdoso potencia aún más este efecto. Los colores azul y verde tienen un efecto calmante sobre nuestro sistema nervioso. Sonidos naturales como el canto de los pájaros también pueden contribuir a la calma. Por ello, muchos productos de relajación, como los sets de meditación, están enriquecidos con sonidos naturales y sonidos acuáticos.

Escuchar música relajante puede transportarnos a otros lugares.

Algunas personas pueden transportarse a un agradable oasis de calma. Además, los sonidos naturales tienen un efecto positivo en nuestra percepción del dolor. Los sonidos y estar en contacto con la naturaleza pueden aliviar el dolor.

Investigaciones adicionales demuestran que ver imágenes también puede reducir la tensión. Las personas que viven o trabajan en lugares con acceso directo al agua tienen una clara ventaja.

"La exposición regular a la naturaleza es beneficiosa tanto para el cuerpo como para la mente, como lo demuestran estudios desde la década de 1980. La frecuencia cardíaca y la presión arterial disminuyen, se producen menos hormonas del estrés y más endorfinas, lo que se traduce en un mejor sueño, mayor rendimiento y creatividad, y un mayor equilibrio", escribe el Standard.

El contacto directo con el agua y la naturaleza también puede ayudarnos a desconectar de la rutina y recargar energías. Nadar descalzo en la playa, en el mar o en un lago: todo esto estimula nuestro sistema nervioso autónomo y la circulación. El frío del agua nos revitaliza y nos llena de energía.

Referencias de la noticia

Der Standard.at (2025). Kein Blues am See: Warum wir uns am Wasser so wohlfühlen. Lifestyle. Gesundheit. Wissen und Gesellschaft.

GEO.de (2025). Balsam für die Seele: Warum uns Menschen die Nähe zum Wasser so guttut. Gesundheit. Wissen.