Del huerto a tu cocina: el cultivo más sencillo para cosechar durante el verano y usar en salsas frescas

¿Te imaginas cosechar desde tu huerto y llevarlo directo a tu cocina? Esta planta lo tiene todo: buen aroma, gran sabor y lo mejor... es muy fácil de cultivar.

La albahaca repele insectos como mosquitos y moscas, así que además de darle sabor a tu comida, puede ser una aliada en tu jardín o incluso en tu cocina.

En el corazón del verano, muchas personas se animan a empezar o retomar su huerto urbano. Y es que en estas fechas el sol brilla más horas, la tierra se calienta más rápido y los cultivos crecen con energía. Existe algo especial en salir al jardín o a nuestro balcón, cortar unas hojas verdes, frescas, llenas de sabor, y llevarlas directamente a la cocina.

Pero, seamos honestos, no todo mundo tiene tiempo, espacio o conocimientos avanzados sobre el cuidado de las plantas. Por eso encontrar cultivos que no sean muy exigentes en sus cuidados, es un tesoro, y si además los podemos usar en la cocina para darles un toque a nuestros platillos, mejor todavía.

La albahaca, cuyo nombre científico es Ocimum basilicum, es una planta aromática que destaca por tener un sabor fresco y penetrante. Originaria de las regiones tropicales de Asia —especialmente de la India y otras zonas del sudeste asiático— ha sido cultivada desde hace más de cinco mil años.

Hoy en día, es difícil imaginar una buena salsa italiana, una ensalada caprese o incluso una receta de pesto sin la presencia de esta planta. Esta versatilidad ha hecho que la albahaca gane un lugar muy privilegiado en cocinas profesionales, pero sobre todo en terrazas, patios y huertos urbanos de todo el mundo.

La variedad de albahaca morada tiene una mayor cantidad de antioxidantes que la variedad de albahaca verde.

Cultivar una hierba aromática como la albahaca nos regala beneficios prácticos, emocionales y hasta terapéuticos. Además, tener acceso directo a hierbas frescas representa un ahorro económico y una mejora en la calidad de lo que comemos todos los días. Por lo que, sembrar albahaca es mucho más que una actividad de jardín.

¿Por qué la albahaca es ideal para el verano?

La albahaca es una planta de clima cálido, lo cual la hace la opción perfecta para sembrar en primavera y en verano. De hecho, es una especie que odia el frío. Si la temperatura baja mucho, se marchita o incluso puede morir. Le encanta el sol, pero también le gusta el riego constante, por lo que no debes olvidar regalarla todos los días.

La albahaca pertenece a la familia Lamiaceae, la misma que la menta, el orégano y el romero; lo que explica su intenso aroma y su capacidad de atraer polinizadores como las abejas.

Otra razón por la cual es tan práctica para cultivar en casa es que puede crecer bien tanto en macetas como directamente en el suelo. Si tienes un balcón con buen sol o una ventana donde entre luz unas cuantas horas al día será suficiente. Solo necesita un espacio con buen drenaje y que no se le acumule el agua.

Desde que siembras la semilla hasta que puedes empezar a cortar las primeras hojas pueden pasar tan solo tres o cuatro semanas y si la cuidas bien, puedes cosecharla por varios meses. Incluso, hay quienes la van podando para que no floree tan pronto y así alargar su vida y su producción.

Lo primero que tienes que saber es que la albahaca se adapta mejor a suelos ligeros y sueltos, que permitan que el agua escurra y no se quede estancada. Si vas a usar maceta, asegúrate de que tenga orificios abajo, y de utilizar una mezcla de tierra negra con un poco de perlita o arena para darle más comodidad a tu planta.

Una vez que la planta empieza a crecer, puedes ir pinzando las puntas (es decir, cortando los brotes tiernos) para que se haga más frondosa y no se alargue tanto. Si no haces esto, se puede “espigar”, que es cuando se estira buscando sol, provocando que pierda fuerza en las hojas y deje de tener un buen rendimiento.

Puedes ir secando las hojas y guardarlas en un frasco de vidrio o en una bolsa de papel para usarlas en la cocina durante el invierno.

Un tip clave es que no dejes que la planta floree si lo que quieres son hojas. Cuando florece, su energía se va a las flores y las hojas se hacen más amargas y menos aromáticas. Para evitarlo, elimina todos los botones florales cuando empiecen a salir, así la planta se mantendrá en un estado vegetativo y seguirá produciendo todos los días.

Curiosidades y datos que te van a sorprender

Todos pensamos en pesto cuando decimos albahaca pero esta planta tiene más secretos guardados para la alimentación. La albahaca fresca puede transformar una ensalada simple en algo delicioso, dar un gran toque a una salsa de tomate o incluso meterse en una limonada o un té helado con un sabor más refrescante y original.

Por si fuera poco, la albahaca tiene propiedades digestivas y antiinflamatorias. Así que además de sabrosa, te ayudará a sentirte más ligero después de comer. Hay quienes la usan en infusión para aliviar dolores de cabeza leves o para relajarse.

En cuanto a variedades, no solo hay una albahaca. Está la genovesa (la clásica para pesto), la morada (con un sabor más intenso y decorativo), la tailandesa (con notas anizadas) y otras más. Asi que tienes toda una baraja de opciones para probar diferentes combinaciones y darle un toque único a tus platillos.

Cultivar albahaca en verano es como tener un pequeño milagro verde en casa. Huele delicioso, se ve linda, te alegra el platillo y hasta te hace sentir que tienes súper poderes de agricultor urbano. Si nunca has cultivado nada, es una gran puerta de entrada. Y si ya tienes experiencia, seguro sabes lo adictiva que es.