Cómo influye la Luna en las mareas: la explicación científica
El tirón gravitacional lunar y sus variaciones, más que el simple levantamiento del agua son el ballet cósmico entre la Tierra y la Luna que crean las subidas y bajadas del mar.

La danza diaria de las mareas de nuestros océanos es causada principalmente por la fuerza gravitacional de la Luna y aunque el Sol también ejerce una fuerza considerable, las mareas solares son de la mitad que las lunares. La proximidad de la Luna es clave, permitiéndole ser la gran protagonista del movimiento acuático.
A pesar de la creencia común, las mareas no son creadas porque la fuerza gravitacional de la Luna levante literalmente los océanos, en realidad el tirón de la Luna y del Sol es demasiado débil para lograrlo. En cambio, el fenómeno se debe a la manera en que varía la intensidad de esa fuerza gravitacional a lo largo de nuestro planeta.
La Tierra no es un punto único, sino un cuerpo extenso, por lo que la atracción lunar es más fuerte en la cara que mira hacia ella y más débil en la cara opuesta. Esta diferencia en la fuerza y dirección del tirón, conocida como "fuerza diferencial" o "fuerza de marea", es lo que realmente deforma los océanos.
El efecto general de estas fuerzas de marea es "estrujar" los océanos, resultando en dos protuberancias o "abultamientos" de agua en lados opuestos de la Tierra. Una protuberancia se forma en el lado más cercano a la Luna, debido a la atracción más intensa, y otra se forma en el lado más alejado.

La Tierra gira continuamente sobre su propio eje, pasando por debajo de estas dos grandes olas de agua. Cuando nuestra posición rota a través de una de las protuberancias, experimentamos la marea alta, y cuando pasamos por los puntos bajos entre ellas, vemos la marea baja.
El baile del Sol y la Luna
Aunque el Sol tiene un tirón gravitacional sobre la Tierra 178 veces más fuerte que el de la Luna, su influencia en las mareas es menor, ya que está mucho más lejos, lo que hace que la variación de su fuerza gravitacional a través de la Tierra sea mucho menos significativa en comparación con la de nuestro satélite.
Cuando el Sol, la Luna y la Tierra se encuentran alineados, como ocurre durante la Luna Nueva y la Luna Llena, sus fuerzas gravitacionales se combinan y la suma de estos efectos crea las mareas vivas (o mareas de primavera), resultando en mareas altas excepcionalmente elevadas y mareas bajas muy profundas.
Aproximadamente una semana después de las mareas vivas, cuando la Luna se encuentra en cuarto creciente o cuarto menguante, se produce el fenómeno opuesto. En este punto, el Sol y la Luna están perpendiculares entre sí, lo que provoca que sus fuerzas de marea se contrarresten parcialmente.
A estas mareas se les llama mareas muertas (o de sicigia), y se caracterizan por tener el rango de marea más pequeño, produciendo mareas moderadas. El flujo de las mareas sigue el día lunar, que dura en promedio 24 horas y 50 minutos, en lugar del día solar de 24 horas.
Factores que modifican el ritmo
Los abultamientos de marea en medio del océano apenas miden menos de un metro de altura, sin embargo, la variación entre la marea alta y baja es muy diferente en cada lugar, variando desde casi ninguna diferencia hasta más de 16 metros.
Esto sucede porque el agua oceánica está restringida por factores geográficos, como la forma de los continentes y la profundidad del lecho marino. El comportamiento de las mareas se asemeja más al agua que se agita en una bañera de forma irregular que al movimiento en una cuenca lisa y uniforme.

La distancia entre la Tierra y la Luna también modula la altura de las mareas a lo largo del mes. Cuando la Luna está en su punto más cercano a la Tierra (perigeo), las fuerzas que generan la marea son más intensas, produciendo rangos superiores al promedio.
En contraste, cuando la Luna está más alejada (apogeo), la fuerza de marea lunar es menor. Además, el ciclo nodal lunar, que ocurre cada 18.6 años debido a la "oscilación" de la órbita lunar, puede exagerar o disminuir las mareas terrestres.
Más allá del océano
La influencia gravitacional no se limita al mar, sino que también afecta al aire y la tierra. Existen las "mareas terrestres", donde la tierra sólida se deforma y abulta, y las "mareas atmosféricas" que causan oscilaciones en la presión del aire.
Aunque es sutil, la Luna puede tener un efecto en los sistemas meteorológicos, se ha notado que las fuerzas lunares afectan la cantidad de lluvia, aunque sólo en un pequeño porcentaje (alrededor del 1%). También se sugiere que el ciclo nodal lunar podría influir en el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENSO).
Es interesante notar que, en comparación con los vastos océanos, nuestro cuerpo humano, compuesto por un 70% de fluidos, es demasiado pequeño. Por ello, no existe evidencia científica de que la fuerza gravitacional lunar cause mareas significativas o efectos notables en la biología humana.
Como dato fascinante, la interacción de las mareas terrestres provoca un efecto de aceleración que lentamente empuja a la Luna lejos de nosotros. Actualmente, la Luna se aleja de la Tierra aproximadamente 3.83 centímetros cada año. Así que debemos disfrutarla, porque algún día se irá de nosotros.